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Tele y Radio

Manuel Villar: la radio está y estará siempre conmigo

Manuel Villar:  la radio está y estará siempre conmigo El primer contacto directo que Manuel Villar tuvo con la radio, confesó, lo experimentó desde muy niño (¡casi gateando!) “pues la escuchaba desde los años del antediluvio” en que nació, en 1930, y la remonta a dos nombres --para muchos de profundos contrastes—Carlos Gardel y Alejo Carpentier. “Siendo un niño ya mayorcito, cuando mi familia vivía en las calles Sol entre Aguacate y Compostela, en la Habana Vieja, en una de esas esquinas, el dueño de un pequeño establecimiento comercial tenía un radio y acostumbraba escuchar los programas de Carlos Gardel --que me seducían mucho—y un espacio escrito por Carpentier (Drama Real de la Guerra 1942-43), en plena Segunda Guerra Mundial…Esto lo conservo en mi memoria como la gran estampa de la radio, pues se forma en mí como una especie de hábito por escuchar la radio, junto a otros muchachos de mi edad”, significa.Este gusto por el medio lo fue atrapando cada vez más con el tiempo, hasta que un buen día decidió tomar una iniciativa que, sin lugar a dudas, fue determinante en su vida futura.“Por los años cuarenta, existía en La Habana una emisora de una gran radioaudiencia, la CMK, en la que uno de sus espacios diarios los dedicaba a la enseñanza del idioma inglés por parte de un profesor llamado Luis Lima.“A mí me gustaban mucho esas clases y siempre procuraba no perderme ninguna. Un día –esos que a veces a uno lo marcan para toda la vida por la decisión que llega a adoptar--, decidí presentarme en el local de esa emisora ubicado en un sitio muy concurrido y muy bello de nuestra capital: la Manzana de Gómez. Y allí, enseguida, contacté con el profesor Lima.Y prosigue: “Como yo comprendía un poco de inglés, pues lo hablaba con un acento casi humorístico –a la manera del Centro Gallego de La Habana donde lo había iniciado con un maestro norteamericano--, y era tanto mi entusiasmo por el espacio que él conducía –acerca del cual le hablé con mucha admiración--, a Lima se le ocurrió proponerme la creación de un personaje, que hiciera las veces de alumno…Y así comenzó mi relación con la radio”.Ágil, ameno, repleto de una fina ironía y muy activo –diríamos no sólo de acción sino también de corazón--, y con un sinnúmero de trabajos a su haber como creador, asesor y escritor de programas, esta personalidad de la radio y televisión cubana ostenta el Premio Nacional de Radio 2002 por la obra de su vida.“Recuerdo con mucha nostalgia y cariño aquella emisora, la CMK, sobretodo cuando el ciclón de 1944, que nos azotó crudamente…La CMK fue la única emisora que se mantuvo en el aire en aquel entonces trasmitiéndole al pueblo hasta el último momento todo lo que ocurría.“Poco tiempo después ocupé en esa emisora la plaza de operador de audio, más conocida en la actualidad como realizador de sonido. Así, pasaron algunos años y debido a mi relación directa con el profesor Lima y sus clases de idioma Inglés, en un momento dado los espacios de música norteamericana que se trasmitían allí me los proponían para realizar la producción musical. De esta forma fui adquiriendo mucha más experiencia en el trabajo que realizaba, a la vez que permitía adquirir sólidos conocimientos de música en general”.En lo adelante a Villar se le multiplicarían las propuestas de trabajo. Radio García Serra y la CMBY de La Casa de las Medias, fueron testigos del avatar profesional de nuestro entrevistado.“De ese último centro recuerdo con afecto al compañero, Román Conte (ya desaparecido), por sus programas Hollywood Music Hall”. El 25 de abril de 1948 marcaría hondamente a Villar en su vida como profesional del medio radial, al ser propuesto para formar parte del staff de la entonces recién creada CMBF, Radio Musical.“Recuerdo a muchos compañeros en aquella primitiva CMBF, promotora de música culta, entre ellos el locutor Héctor de Soto”, afirma.¿Y músicos prominentes de aquel entonces?, indagamos.“Desde mi punto de vista el músico más prominente de la Radio Cubana fue Luis Casas Romero, iniciador de esta actividad, y además porque entrego su creación artística a través de participaciones de aquellos primeros tiempos como en la PWX y otras que fueron surgiendo después. Para mí Casas Romero se convierte, por derecho propio, en el músico más importante”.No obstante ocupar una plaza fija de trabajo, la radio en aquella época constituía una actividad muy limitada económicamente, por lo cual Villar (sin abandonarla) decide continuar estudiando.“Poco tiempo después, tras el triunfo de la Revolución, en 1960, me gradúo de Contador Público en la Escuela Profesional de Comercio”, dice.Pero las cosas que tiene una persona como Villar para contar son muchas en su vida. Y es así cómo recuerda --con cierto disgusto--, cómo tras la incorporación de la radio a un solo sistema nacional “alguien al revisar los expedientes de los empleados de la radio y televisión, se entera que yo era graduado como contador, y se le ocurre la brillante idea de nombrarme Contador General del Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR)…Y así, durante un tiempo, con una disciplina espartana, me mantuve en estos menesteres, aunque nunca perdí mis contactos con el medio radial y mucho menos con mis compañeros de trabajo de la CMQ y de la CMBF”.Y prosigue seguidamente:“Pero, en cuanto tuve la oportunidad de volver a la radio lo hice. Y es en 1965, que escapo de la Contaduría y me reincorporo a mi plaza de operador de audio en la Televisión Cubana, trabajando para los distintos canales hasta 1995”.“Nunca he abandonado la radio y, por supuesto, mucho menos la televisión. En estos momentos formo parte del equipo de Hurón Azul, un programa informativo-cultural de nuestra televisión, además de asesorar otros espacios de la pequeña pantalla”.Sin embargo, a este comunicador viviente de nuestra historia artística de antaño y actual lo continúa seduciendo la radio. Como una enamorada que, aunque pasen los años, nunca va a abandonar. Y así confiesa: “La radio me ha atrapado siempre. Desde los años cuarenta hasta la fecha no he abandonado sus micrófonos, siempre en distintos menesteres como director, productor, escritor de guiones musicales, participante directo, director… Nombres de locutores, animadores, periodistas, actores, profesionales todos…como Eduardo Robreño, José Antonio Cepero Brito, Orlando Castellanos, Manolo Riveiro, Germán Pinelli, Eduardo Rosillo y tantos otros a quienes nunca podré olvidar… La radio está y estará siempre conmigo”. Y vaticina: “Como decía mi recordada amiga Sol Pinelli: la radio me abandonará un día después que muera”. Fuente:  Astrid BranetColaboradora de Rebelde  

Tomado de :  http://www.radiorebelde.com.cu/la_radio.htm

  

1 comentario

carlos -

hola, una muy, buena nota, podrian por favor a las biografias entrevistas y otros adjuntar archivos de audio de las diferentes epocas. Espero algun reportaje de, Hector de Soto y Miguel Boffil. Gracias