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Sigue la polémica: A propósito de la telenovela Aquí estamos, el comentario de Paquita Armas

Sigue la polémica:  A propósito de la telenovela Aquí estamos, el comentario de Paquita Armas

 

La telenovela cubana Aquí estamos tiene el mérito de presentar una muestra, un mosaico de actitudes en la Cuba de hoy. Una buena y joven amiga, negra bien plantada, critica mi defensa de las historias que aparecen en la telenovela Aquí estamos que actualmente trasmite el canal Cubavisión. “Si yo tuviera un hijo de doce años, no quisiera que viera a dos lesbianas arrullándose en la televisión. ¿Cómo decirle que eso está mal si ahí se presenta en la pantalla como una actitud aceptable?” dice mi conocida, mujer que acostumbra ir al teatro, leer, en fin, tiene una cultura general media. “No tengo nada contra el homosexualismo (¿?) –agrega-, pero presentado así y para colmos con una negra, no lo veo nada bien”.

Otro amigo, pero de más de 80 años y gay, me llamó al terminar uno de los capítulos para preguntarme cuándo yo iba a escribir acerca de esa inmoralidad. “¿Qué es eso de que las lesbianas se den la comida. En mis tiempos, dijo, eso no era así”. Yo con el tono más suave de voz que le pude poner le pregunté “¿Qué edad tenías cuando tuviste tu primer amante, aquel rubio que me dijiste nunca pudiste olvidar?”. “Bah, yo era casi un niño” me respondió y enseguida seguí “¿Mucho más joven que las muchachas de la telenovela?”. “Sí, sí, pero era distinto” agregó al darse cuenta por el camino que enrumbaba la conversación.

Al salir del edificio en el que vivo, una vecina luego de proferir una andanada de insultos contra la gente del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) por esa inmoralidad que se le está presentando a los niños, añadió “Y para colmos ahí casi todo el mundo vive del negocio, hay hasta un preso ¿qué se quiere enseñar con tales asuntos?”

Luego de estos intercambios y otros similares, me interesé por lo que estaba pasando en los teléfonos de atención a la población habilitados en el ICRT con el fin de escuchar las opiniones de los televidentes. Como suponía, las quejas por la pareja lésbica abundan y los calificativos son fuertes acerca de quienes han decidido que estas historias salgan al aire.

Yo siempre defenderé la presencia de temas variopintos en la pequeña pantalla y mientras más escabrosos mejor, para tratar de librarnos de esa suerte de mojigatería y doble moral con respecto a nuestras producciones nacionales a las que no se les acepta un grupo de asuntos, mientras esos mismos embrollos se aplauden en las brasileñas o de otra nacionalidad.

Aquí estamos tiene el mérito de presentar una muestra, un mosaico de actitudes en la Cuba de hoy, con la inclusión de diversos tipos sociales, desde las lesbianas, la convivencia con un discapacitado, la actitud de un presidario o la de un joven actor que traiciona sus gustos por tal de ganar dinero para poder vivir holgadamente. Y por supuesto, aparece el otro, el actor que ha renunciado incluso a la ayuda de una novia perdida por un contrato en el extranjero, y que no acepta “hacer la sopa” en restaurantes o bautizos, pero “tiene que morder” en un grupo de teatro donde sólo caminan las obras convencionales.

Hugo Reyes, el guionista y también codirector de la pieza, hizo una apuesta en grande al plasmar las historias de once familias o grupos, pues once son los muchachos y muchachas que integran el grupo dramático y cada uno de ellos llega con un testimonio distinto y personal. Lógicamente,  tales historias parten de un específico marco de referencia conformado en su mayoría por los núcleos familiares de los aspirantes a actores.

Ahora bien, una telenovela no es guión nada más, que sí  es importante pero no lo es todo y en Aquí estamos son visibles muchas costuras en la actuación, o mejor, en la dirección de actores.

Limara Meneses, (Raquel)  y Linet Luján (Haydée) las actrices que interpretan a las lesbianas parecen estar amarradas todo el tiempo, es como si no se creyeran la historia que cuentan. Y eso contribuye al rechazo. Todo lo contrario sucede con Alina Rodríguez en ese pequeño papel de Mirtha, la madre alcahueta que no solo permite, sino impulsa a su hija a una relación con un hombre casado –extranjero- que mantiene a la muchacha y a toda la parentela. A Alina por sus gestos, por la incorporación que hizo del personaje, uno le cree que ella es esa sinvergüenza proxeneta materna, existente también en la fauna cubana de hoy.

Pongo sólo esos dos ejemplos, pero los jóvenes protagonistas  por ser inexpertos en el medio, exigían una mayor atención para sacarle lo bueno, aunque  quizás algunas y algunos no tienen nada que mostrar y no se trate de una mala dirección, sino de un deficiente casting.

Cuando la actuación falla en una puesta dramática televisiva lo demás se derrumba. Aquí estamos cuenta con una música y una banda sonora aceptables, algunos set han conseguido credibilidad y la presentación es sugerente, pero esos atributos no son suficientes para “ganar”  la calle. Una parte de la población no ve la telenovela y los que sí se sientan frente al televisor lo hacen, en su mayoría, para criticarla.

Es una lástima que tocando temas tan importantes para los días que vivimos, Aquí estamos no haya logrado una realización que, al menos, despierte el interés de los televidentes. Y esta propuesta debe ser una llamada de atención para quienes deciden qué y cómo se filma. Se puede tener asuntos importantes y hasta polémicos que, si no son tratados con la magia audiovisual, quedarán sólo como buenas intenciones…y de esas está lleno el camino del infierno.

 

FUENTE:  PAQUITA ARMAS/PORTAL DE LA TV CUBANA.

Disponible en:  http://www.tvcubana.icrt.cu/noticias/a-proposito-de-la-telenovela-aqui-estamos/

 

 

2 comentarios

osvaldo -

HOLA SOY CUBANO VIVO FUERA DE CUBA PERO LLEVO ANOS TRATANDO DE LOCALIZAR A LINET LUJAN SERIAN QUIEN ME LEA TAN AMABLE DE HACERLE SABER QUE SE COMUNIQUE CONMIGO A MI FACEBOOK OSVALDO HERNANDEZ

Dayana -

Aquí Estamos, me encancanta, y no me la pierdo, pero no la critico, aún cuando sea cierto que tiene sus problemitas, pero el mensaje tieno mucho que ver con la realidad.