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Josefa Bracero en el programa de Amaury: “Para ser animador hay que tener bomba”

Josefa Bracero en el programa de Amaury: “Para ser animador hay que tener bomba”

Josefa Bracero Torres, locutora y por 19 años y cuatro meses vicepresidenta para la Radio del ICRT, hoy jubilada, fue la invitada de Amaury Pérez Vidal en su programa de TV Con 2 que se quieran.  Tomado de CubaDebate reproducimos el texto íntegro del diálogo.  No puede ser de otra manera por lo que Josefa, la Bracero, significó y significa aún para los artistas en el medio radial.  Algo que no dijo Amaury es que se le atribuye a ella una de las conquistas y decisiones adoptadas en su mandato: el aumento del salario al personal técnico-artístico (no periodístico) de la radio, a través de la Resolución 2.  Cierto o no, tal medida instauró un antes y un después en la vida y el quehacer de nuestras emisoras, y -al decir de mucha gente- se le debe en parte a Josefa.   Parodiando aquel viejo spot de Contacto:  tantas voces no pueden estar equivocadas.  Los dejo con la transcripción del textual de la entrevista.

Amaury. Muy buenas noches, estamos en Con 2 que se quieran. Ahora en 5ta. Avenida y Calle 32,  en Miramar, en los maravillosos estudios Abdala.

Hoy nos acompaña, está con nosotros en el estudio y con ustedes en sus casas, una maravillosa persona, un maravilloso ser humano. Una gran locutora de radio y televisión, una escritora y una historiadora de la radio y la televisión.

Yo la quiero muchísimo y ya verán, poco a poco, por qué la quiero tanto. Mi fraterna, esa palabra siempre me fascina, fraternidad, parece una cosa como de logia, Josefa Bracero.

Josefa. ¿Cómo estás Amaury?

Amaury. Mi cielo, un besito, mi vida. Bueno, pues estamos en Con 2 que se quieran y yo, algunas cosas sé de ti, pero no tantas como quisiera, entonces me voy a enterar también aquí.

¿Tú eres de Camagüey, pero de Camagüey de dónde?

Josefa. Camagüey, de la ciudad de Camagüey. Exactamente yo nací en un pedazo de tierra que tenía mi abuelo por parte de padre, en lo que es el traspatio de la ciudad de Camagüey, en una casa de tablas de palmas, con techo de guano, muy a la cosa campesina, los pisos de tierra. Y nací en brazos de mi abuela materna y también estaba mi abuela paterna.

Mi mamá con 16 años me tuvo a mí allí, en esa finquita, era jovencita. En la misma ciudad de Camagüey, allí, pegadita a la ciudad.

Amaury. ¿Y cómo era el entorno? ¿Tenían vecinos? ¿Eran una familia grande?

Josefa. La familia de nosotros era muy numerosa. Déjame decirte que mis raíces, vaya, las raíces más antiguas: Mi abuelo por parte de madre, mambí. Mis dos bisabuelos por parte de padre españoles. Uno fue fusilado.

Amaury. ¿Por qué lo fusilaron?

Josefa. Bueno, lo fusilan por llevar armas hacia las tropas insurrectas, o sea, esas son mis raíces. Y por parte de madre, mi abuelo era mambí, mambí con 14 años, Amaury.

Amaury. Yo me encontré a un amigo mío que me dijo: pregúntale a Josefa ¿por qué no come frijoles negros? (risas)

Josefa. Bueno, yo sí como frijoles negros y me encantan. Yo sé por qué viene la pregunta. Mira, el problema es que mi padre, a pesar de que trabajaba en el campo con su papá, pero aquello no daba para tanto, él buscaba trabajo. Él trabajó en la construcción de la carretera central en la época de Machado, y entonces a la hora de cobrar, ellos nunca vieron dinero. Ellos daban unos valecitos y en una bodeguita que había por allí, por el barrio, allí le daban el equivalente en harina y frijoles negros. Y mi papá no pudo ver jamás el frijol negro. Ya con muchos años, mi papá murió hace dos años, con 93 años, ya a veces los comía. Pero bueno, realmente en mi casa no lo compraban.

Amaury. Para él era un recuerdo, una remembranza terrible.

Josefa. Era un castigo, un castigo, una cosa terrible. A mí no, a mí me encanta el frijol negro.

Amaury. Yo no concibo prácticamente la vida al margen de los frijoles negros.

Josefa. Ni yo tampoco, es por esa anécdota.

Amaury. ¿Cómo era Josefa, cómo era tu vida de niña, de niña y de joven?

Josefa. Bueno, yo tuve una niñez muy feliz. Rodeada de campo cubano, de un río. Pude ir a la escuela primaria y, bueno, después pude seguir estudiando. Hice lo que es hoy Secundaria Básica, cuando aquello era Escuela Primaria Superior. Pero uno salía con una preparación, prácticamente lo que se da en Bachillerato, muy preparado, muy preparado. Ya con 14 años yo empecé a trabajar en un Bufete Notarial.

Amaury. ¿Cuántos hermanos eran?

Josefa. Seis hermanos, dos varones y cuatro hembras. Y yo empecé a trabajar con 14 años para ayudar a mi papá con los demás muchachos. Era un puesto de trabajo que se le decía cartulario, que son las personas que redactan a mano las escrituras.

Amaury. Tienes unas manos muy lindas. Y yo puedo descubrir…

Josefa. Muchas gracias.

Amaury. Por las manos de una persona, yo puedo descubrir si tiene una letra bonita.

Josefa. Bueno, ya ahora no tanto, pero en aquel momento yo tenía una letra Palmer preciosa y, bueno tuve un trabajo decoroso.

Amaury. ¿A ti te hubiera gustado ser abogada?

Josefa. Me hubiera gustado ser abogada. Y, a veces, yo aceptaba trabajos de matrimonios, por ejemplo, de personas pobres, que el notario como era rico a él no le gustaba hacer. Realmente lo hacía con mucho placer, porque además estaba aprendiendo y estaba adquiriendo dominio de lo que era esa actividad.

Amaury. Pero triunfa la Revolución y tú estás en el bufete ¿no?

Josefa. Triunfa la Revolución y estoy en el bufete, y las pocas cosas que pude hacer por la Revolución las hice porque las personas del bufete pertenecían a una cédula del Movimiento 26 de Julio.

Y hay una anécdota: Cuando triunfa la Revolución, yo recuerdo que el día 4 de enero, yo perdí un zapato corriendo detrás del tanque de Fidel en plena Carretera Central, porque pasó el tanque y él había hecho noche cerca de mi casa y cuando pasa el tanque, bueno, yo salí corriendo y cuando me percaté, porque me dolían los pies veo que yo no tenía un zapato. Bueno, después estuve en el acto que se hizo en la Plaza de la Libertad, en el que él habló.

Amaury. Ahora ¿Cuándo tú vienes para La Habana?

Josefa. Yo llego a La Habana en el año 85. Yo fui fundadora del INRA, después fui fundadora de la ANAP. Por la ANAP, o por los créditos de la ANAP paso para el Banco Nacional, donde fui jefa del Departamento de Financiamiento Agropecuario, que no solamente daba el crédito al sector privado, sino que le daba también el dinero a las granjas estatales. Y estando allí digo, voy a terminar Comercio y matriculé en la escuela de Comercio.

Amaury. Ahora a ver, ahora nosotros no tenemos una escuela de Comercio en Cuba, que yo sepa. ¿Qué se aprende en una escuela de Comercio?

Josefa. Bueno, se aprende contabilidad.

Amaury. Porque en algún momento la tendremos.

Josefa. Bueno, no te puedo decir en este momento exacto, pero yo pienso que sí. Sí existen en cada provincia escuelas de Comercio. Que la gente se gradúa Técnico Medio en Comercio  y después hace el grado universitario, que también la carrera de contabilidad está abierta en las universidades cubanas, que existen universidades en todas las ciudades del país.Yo, lógicamente no llegué a graduarme tampoco de Comercio, porque faltándome poco tiempo para graduarme, decidí hacer algo que yo había soñado siempre.

Me gustaba mucho leer, me gustaba hablar y demás, y me presenté a una plaza de locución en Radio Cadena Agramonte.

Amaury. Ahí, ahora es cuando empieza el por qué te invité al programa. Primero hacía falta hacer toda esa parte histórica.

Josefa. El recuento.

Amaury. El recuento histórico. A ver, ¿cómo es lo de la locución? ¿Por qué te llamó la atención la locución?

Josefa. Siempre me había gustado la locución, siempre.

Amaury. ¿Pero oías mucho radio o veías mucha televisión?

Josefa. No, no, la radio fue mi compañera. Era mi enlace con el mundo exterior desde que yo vivía en el campo, porque a través del radio, yo pude escuchar obras de la literatura universal. Libros que todavía no habían llegado a mis manos, pero que por ahí conocí a Federico García Lorca, y conocí a Ibseny conocí a grandes de la literatura mundial.

Amaury. Más que la radio es un vínculo con el sueño, porque con la radio tú lo imaginas todo. La radio te da un elemento para que tú eches tu imaginación a volar. La radio es maravillosa.

Josefa. Y además, a través e la radio yo empecé a ver Los rostros imaginados.

Amaury. Porque claro, tú te imaginabas todo ¿tú no tenías televisión en esa época?

Josefa. No, no, no.

Amaury. Claro, que pasaba mucho. Yo recuerdo, digo. Te hago una anécdota rápido, porque esto es una conversación entre tú y yo. Mi madrina de bautizo, Felicia Melivia, era una gran actriz de radio,  no era una mujer bonita, pero tenía una voz hermosa. Y por supuesto, cuando llegó la televisión, Felicia, mi madrina, nunca pudo hacer televisión, porque la gente de pronto decía: Pero aquella voz tan cristalina, tan maravillosa, ¿era esta mujer?

Josefa. Como el caso de Marina Rodríguez, que no pudo hacer televisión.

Amaury. Exacto. ¿Qué sentiste el primer día que prendieron un bombillito, siempre hay un bombillito rojo que se prende? Nunca me he explicado por qué es rojo, por qué no verde.

Josefa. Mira, yo apruebo esa convocatoria que hay buscando locutores, que era para dos plazas, se presentaron unos cuarenta y tantos. Tuve la suerte de ser una de las dos personas que seleccionaron.

Amaury. ¿Y quién te seleccionó?

Josefa. Un jurado de locutores de la provincia, que la provincia de Camagüey se distinguió siempre por ser cuna de grandes locutores, incluso para la nación. Tanto Camagüey como Ciego de Ávila.Ciego de Ávila dio 106 locutores al país.

Amaury. ¡Qué maravilloso!

Josefa. Desde Manolo Ortega, Héctor Rodríguez, en fin, Fernando Alcorta, Eddy Martin, toda esa gente son de Ciego de Ávila.

Amaury. ¡Qué cosa!

Josefa. Magníficos compañeros que han sido, han sentado cátedras del oficio en este país.

Amaury. Y magníficos profesionales todos.

Josefa. Pero yo tengo que empezar en un turno por la noche en Radio Camagüey, que era de música instrumental y estando en Radio Camagüey, llega la primera evaluación. Recuerdo que fueron Manolo…

Amaury. …Manolo Ortega…

Josefa. Antonio Pera y Ángel Hernández, nada menos que esas tres personalidades.

Amaury. Bueno, la voz de Ángel Hernández todavía la recuerdo, todavía resuena en mi cabeza la voz de Ángel Hernández.

Josefa. No, no, no, fabuloso, fabuloso. Tres personalidades de la locución para todos los tiempos en nuestro país. Pero bueno, eso me valió también para reclamar mi plaza por la que yo había entrado, que era en Cadena Agramonte.Y entonces ahí empiezo en Cadena Agramonte a hacer de todo. Porque la radio de provincia desarrolla a la gente increíblemente. Y me he enterado, después de cuarenta y tantos años que ya yo llevo en el medio, que me han dicho compañeros de aquí, de la Ciudad de La Habana, y demás, dicen: ¿tú sabes que tú fuiste la primera mujer en Cuba que narró novelas seriadas?. Yo no lo sabía.

Amaury. ¿Novelas seriadas?

Josefa. Yo no lo sabía.

Amaury. ¿Novelas dramáticas?

Josefa. Dramáticas.

Amaury. ¿Cómo se puede narrar una? Es decir ¿Cómo haría la conductora?

Josefa. No, no, no. Narrar es una de las cuestiones más difíciles que hay en la locución. La más difícil de todas es ser animador.

Amaury. Ahí vamos.

Josefa. Que no es ser presentador. Animador es otra cosa.

Amaury. Vamos a hablar de esas diferencias, porque en este programa yo he aprovechado, quizás para aclararle al público algunas cosas y para aclarármelas a mí mismo, porque también, la verdad, muchas veces yo no las tengo claras.

Estaban los locutores que tenían que tener una voz específica, una dicción. Estaban los animadores, y estaban los que después llegaron a ser los presentadores, los conductores. Dime bien cómo son esas diferencias. Dímelas tú, que eres una profesional de eso, porque yo no.

Josefa. Mira, voy a retomar a Cepero Brito.

Amaury. Y ponme ejemplos.

Josefa. Vamos a tomar a Cepero Brito que es uno de los irrepetibles junto con Pinelli y tu mamá. Hay otros también muy buenos; está Eva (Rodríguez).

Amaury. Está Eva, había muchos buenos.

Josefa. Se han dado muchos buenos locutores, pero te voy a hablar de Cepero Brito. Cepero Brito me decía: Mira, con una buena voz, con una dicción impecable, tú puedes llegar a ser un buen locutor, y puedes tal vez dar noticias, hacer otras cosas. Animador es otra cuestión. Animador es el escalón más alto de la locución y de la actuación. Y Consuelo decía, además, otra cosa: pero es que para ser animador hay que tener bomba.

Amaury. Claro.

Josefa. Ella siempre hablaba de la bomba. Yo pienso que hay que tener bomba también para todo, pero realmente para la animación más. Para la animación hay que tener un nivel de cultura muy grande. Saber para poder salir de cualquier situación elegantemente. Saber improvisar mejor que si estuviera escrito y hacerlo muy bien. Por lo tanto, para improvisar, hay que saber de qué se improvisa.

Amaury. Claro.

Josefa. El que no tenga esa cultura, mejor es que no improvise.

Amaury. Y la chispa, ¿no?, yo me imagino también.

Josefa. Y chispa.

Amaury. Chispa para poder salir de situaciones difíciles.

Josefa. Chispa y algo también que no se aprende en la universidad, que es cierto ángel, lo que se dice, ángel, para poder comunicarse.

Amaury. Ángel, claro.

Josefa. Ángel, para poder comunicar.

Amaury. Los americanos le dicen it, eso, es como una cosa que…

Josefa. …Realmente es una cosa muy difícil. La animación es algo muy difícil, es un escalón muy elevado de la locución. Porque no es fácil. Y entonces la diferencia entre radio y televisión. La gente dice: el radio es el más difícil porque todo, hay que dar todas las intenciones con la voz. La televisión te ayuda mucho la imagen. Una imagen más o menos te ayuda. Pero cuidado, porque la televisión tiene un lenguaje también.Y hay que dominar mucho el movimiento de la cámara. Dominar ahora eso que hay que es muy moderno, que es el teleprompter, para no parecer que tú estás…

Amaury. Claro, es que yo creo que lo expliqué el otro día en un programa, pero vuelvo a explicarlo. Son como unas pequeñas pantallas de computación que están pegadas a la cámara. La persona está mirando de frente a cámara, tú piensas que es una gran memoria lo que tiene  el locutory está leyéndote en tu cara.

Josefa. Sí, pero cuando están con la mirada fija, no luce bien. Hay que jugar con la expresión.

Amaury. Hay que saber cómo hacerlo, claro.

Josefa. Hay que saber jugar con el teleprompter.

Amaury.  Hay que saberlo usar.

Josefa. Hay que saberlo usar, todo hay que saberlo usar.

Amaury. ¡Todo, todo hay que saberlo usar!. Es una buena frase (risas)

Josefa. Todo hay que saberlo usar, porque si no el efecto es un efecto que no es bueno. (risas)

Amaury. Ahora, a qué tú le atribuyes y yo me voy a atrever porque tú eres una locutora de prestigio y eres una mujer además,  después lo veremos en el camino, que has estudiado mucho los medios y que has publicado libros, aquí los tengo y hablaremos de ellos más tarde. A que tú le atribuyes que después de esa camada, llamaríamos, donde la única sobreviviente en estos momentos es Eva Rodríguez yo no veo profesionales tan completas como ellos  ¿A qué tú crees que se le puede atribuir?

Josefa. Mira, hay una cuestión. La mayoría de ellos fueron autodidactas, no surgieron de una escuela. Ahora hay escuelas que preparan, escuelas que tenemos que perfeccionar, pienso. Pero que realmente la gente tiene que tener, hay que nacer también con algunas cosas de esas, al menos, me refiero para la animación.

Amaury. Pero yo te voy a hacer otra pregunta. Voy a seguir en esto, es un mundo que me gusta, tú sabes que tengo curiosidad. En aquellos años, las personas que dirigían la televisión, hablo de los años 50. Buscaban a la gente por su talento.Las publicitarias, que eran las que hacían comerciales, buscaban a la gente por su belleza. Una cara bonita valía para promocionar un jabón, o una pasta de dientes.

Josefa. Aunque no pudiera abrir la boca.

Amaury. Sí. Aunque bueno, de ahí salieron, como tú sabes, la misma Freya (García), Margarita Balboa, la misma Gina Cabrera, o Consuelito, en fin, todas ellas salían de vender normalmente jabones.

La misma Dinorah, que hacía Camay. Pero no era un requisito ser escencialmente bonito. ¿Últimamente -es pregunta-, tú no crees que la televisión nuestra, imitando desaforadamente a la televisión de otras partes del mundo, no están escogiendo belleza por sobre talento? Porque Pinelli era un excelente conductor, pero no era necesariamente un hombre apuesto.

Josefa. No. El caso de Pinelli es un caso simpático. Tú sabes que Pinelli era estelar ya en radio; periodista, reportero, animador, hacía comerciales, etc., etc. Y cuando se funda la televisión, los Mestre le dicen -él estaba en CMQ ya-, tu imagen no ayuda para la televisión.

Amaury. ¿Los Mestre le dicen eso?

Josefa. Sí. Perfecto, pero viene la fundación del Canal 6, cuando se hace el edificio y demás. Que hay una gala, hay una actividad.

Amaury. Lo que es ahora el ICRT, para la gente que es más joven.

Josefa. A la persona que iba a animar el espectáculo, se le pierde el libreto, el libreto no aparece y entonces tienen que acudir a Pinelli, para que Pinelli empiece a rellenar, porque ya el público estaba inquieto.

Imagínate, que en esa inauguración era mucho lo que había, incluso de cadenas norteamericanas.

Amaury. Claro, la inauguración, porque la NBC estaba detrás de la antigua CMQ.

Josefa. Detrás del apoyo de la CMQ. Y entonces Pinelli empieza y tuvieron que seguir animando con Pinelli porque el libreto no apareció. Yo le decía a Germán, un poco en broma: Germán ¿y quién perdió el libreto? ¿Quién extravió aquello?

Amaury. (risas) ¿Sol Pinelli, sería?

Josefa. Y él decía: a lo mejor fue Sol. Pero bueno, Germán decía: Yo me gané la pantalla en el acto inaugural de CMQ Televisión.

¿Por qué? Porque desbordaba talento, ingenio, realmente era una persona inimitable.

Amaury. Josefa, pero no me contestaste la pregunta. ¿Tú crees que estamos sacrificando talento buscando belleza? Es mi pregunta.

Josefa. Yo no me atrevería a decir exactamente eso así. Yo lo que me atrevería a decir es que tal vez ha habido poco desarrollo en los talentos, que los hay. Hay casos, no quiero mencionar nombres.Pero nosotros tenemos buenos locutores

Amaury. Pero tiene que haber más.

Josefa. No han tenido la oportunidad esa de probarse en tanto animadores y realmente no abundan, no los tenemos.

Amaury. ¿Por qué? Yo he estado escuchando, y si lo que he estado escuchando es infamia, tú me lo aclaras. Desde Enrique Santiesteban, que animaba Jueves de Partagás, desde Rosita Fornés, que no es una animadora y sin embargo animaba sus programas. O el caso de Zenaidita Romeu, por ejemplo, que hace un programa. O Calviño, que tiene un programa. No es el caso mío que yo paso por la televisión una vez cada veinte años y hago una cosita.

¿Por qué tú crees que se crea un celo entre las personas que tienen una plantilla o cobran un dinero por hacer un trabajo y llaman a gente de la calle? ¿Qué tú opinas de eso?

Josefa. No, mira, ahora cuando se hizo la última evaluación de locutores, ya existían programas que se animaban o se conducían. Está el caso de Miriam Ramos en Progreso, que lo hace excelentemente.

Amaury. Maravilloso, y en CMBF que hace un programa divino.

Josefa. En CMBF también. Y entonces se habilitó algo que se le decía, hablantes, o sea, que pasaran por la prueba, para ver su timbre de voz, su dicción, sus fraseos, su entonación, o sea, todos los elementos.

Amaury. ¿Esas son gente de radio, no?

Josefa. Y en televisión

Amaury. ¿En televisión también?

Josefa. Porque la evaluación fue una sola para todos. Los que no pasaron esa prueba, no podían seguir haciendo sus programas. Eso se hizo.

Amaury. ¿Hace cuántos años fue eso?

Josefa. Eso fue recién, no fue muy largo, en el 2005, 2006.

Amaury. ¿Y cómo yo caí entonces en esto? Porque yo no pasé la prueba, yo no pasé la prueba esa.

Josefa. Ah, bueno, yo no sé, porque tú no estarías en ese momento haciendo esto. Pero sí la pasó Miriam Ramos fue y se sometió: No, no, yo quiero hacer la prueba. Miriam, vamos a hacerte la prueba para escucharte.

Amaury. Estoy seguro que Miriam sacó 115 puntos, porque tiene una dicción maravillosa.

Josefa. No, no, sacó 150. entonces, ¿que es lo que sucede?, que ahora mismo en el evento que yo mencionaba de locución, yo presenté allí una ponencia y sacaba como ejemplos del buen decir, a pesar de que no eran locutores emplantillados, el de Zenaidita Romeu, que conduce ese programa de una forma espectacular.

Amaury. Ella es fantástica. Cualquiera, yo creo que cualquier programa lo haría bien.

Josefa. Porque nadie puede hacerlo como ella por la cultura que ella tiene. Por el conocimiento que tiene Zenaidita, tiene ángel.

Amaury. Tiene dicción.

Josefa. Lógicamente no es el caso de Calviño. Lógicamente no es el caso tuyo y poníamos muchos ejemplos, que los tenemos,de compañeros que sin ser locutores emplantillados, conducían en forma excelente el trabajo que tenían, tanto en la radio como en la televisión.

Amaury. Ahora, vamos a un tema, vamos a un tema que tú querías tocar por arriba, pero no se puede tocar por arriba. Porque es que Josefa Bracero fue durante muchos años vicepresidenta del ICRT, a cargo de la radio.

En un momento determinado donde se distinguía la radio por su calidad, donde teníamos -fíjate que me viro a cámara, no estoy hablando contigo, estoy hablando con los televidentes-. En que teníamos una radio maravillosa, una combinación de programas culturales, novelas, musicales de todo tipo. Esa época que usted recuerda, esa radio, esa vicepresidencia del ICRT, la dirigía Josefa Bracero. ¿Cuántos años estuviste haciendo eso y qué sabor te dejó ese trabajo?

Josefa. 19 años y cuatro meses. Me dejó un sabor muy dulce, realmente muy dulce. Cuando yo llegué aquí, después de 16 años en Camagüey, yo pensé que yo venía graduada. Cuando llegué aquí, al día siguiente yo supe que en Camagüey había hecho la primaria y la secundaria.

Amaury. Claro.

Josefa. Y también tal vez el Pre, porque Camagüey es una provincia que se había destacado por un buen radio desde siempre.

Amaury. Desde siempre, y una gran cultura.

Josefa. Y una gran cultura,. Yo tuve la gran suerte, yo me siento privilegiada en el aspecto que encontré a un Vázquez Gallo, a un Roberto Garriga, a tu papá, a Carballido, a Núñez Rodríguez, a Oscar Luis López, a Isabel Aida Rodríguez a Marta Jiménez Oropeza, en fin, en fin.

Amaury. Eso que es talento puro.

Josefa. Y a un señor, un queridísimo compañero, que es Reinaldo Infante, que era el Director Nacional de Programación, con un equipo de excelentes asesores, que no quiero mencionar a ninguno para que no se me ponga bravo el resto.

Amaury. Para que no se te quede ninguno.

Josefa. Porque eran unos cuantos, muy buenos, magníficos, que me rodearon y que todo se colegiaba. Tuve la ayuda de los Gobiernos y de los Partidos de las provincias y municipios de la radio nacionales.

Amaury. Sí, claro, claro.

Josefa. Gracias a eso pudimos hacer 29 emisoras de radio, incluyendo todos los municipios de montaña de la zona oriental. Santiago de Cuba se cubrió de emisoras en todos los municipios. Llegamos hasta Caimanera con emisoras de radio, hasta Niquero con emisoras de radio.

Y desde el punto de vista de la programación, ya se venía haciendo un trabajo anterior. Porque uno nunca puede pensar que uno llegó, y a partir de que yo llegué, el mundo cambió. No, no, yo vengo a continuar algo que durante años otros hicieron, hicieron un esfuerzo hasta cierto momento. Y después yo tengo que continuarlo de la mejor manera.

Amaury. Algunas veces bien y otras mal.

Josefa. Claro.

Amaury. Todo el mundo hizo su esfuerzo, pero a algunos le sale mal.

Josefa. Se enrumbó un trabajo que ya se venía acometiendo y me dejó todo un sabor muy dulce. Lógicamente uno nunca está conforme, porque el tiempo no me alcanzó para  hacer otras cosas.

El tiempo no fue suficiente, me faltó tiempo para otros pronósticos que teníamos, otras cosas que habíamos, que necesitábamos hacer.

Amaury. Josefa, ¿Por qué tú piensas, a que tú le atribuyes… es que voy en el mismo tema y después lo empatamos, pero por qué y es importante, en estos programas dejar esas cosas claras, cuando tú le preguntas a cualquier persona de radio, de cualquier edad, todo el mundo te dice: Josefa fue la mejor persona que ha pasado por aquí? Y eso es muy hermoso, o sea, llegar un momento de no seguir haciendo un trabajo y que todo el mundo recuerde a ese dirigente con cariño y con respeto.

¿A qué tú crees que sedebe ese cariño que la gente te tiene?

Josefa. Mira, cuando yo te dije a ti que me había dejado un sabor muy dulce, es que mi paso por la radio me dio la oportunidad de acercarme, de conocer personalmente a aquellos rostros que yo había imaginado en el radio de pilas, o de batería que estaba en la esquina de la casa de mi abuelo y que después yo empecé a descubrir a través de la magia de la televisión. Y esos compañeros llegaron a ser en su gran mayoría, mis amigos, mis amigos. Yo llegar a la casa de Germán, era como llegar a mi casa.

Amaury. Claro, claro.

Josefa. Cultivar esas amistades; Rosita Fornés, tu mamá, Margarita, Luis Carbonell, y tantos y tantos y tantos y tantos. Lograr conocer a estas personas que eran de carne y hueso

Amaury. Y respetarlas y considerarlas. No tratarlos como trapos.

Josefa. Respetarlas y considerarlas, María de los Ángeles Santana, Raquel Revuelta.

Amaury. Darte cuenta que podías aprender de todas esas personas y que no tenías que tratarlos como trastos viejos.

Josefa. No, no yo mi trato con estas personas. Si yo me gradué universitariamente conversando, no sé, hice un doctorado, un doctorado. Hablar con Germán era hacer un doctorado, lo que te aportaba en sabiduría.

Amaury. En todo, en sabiduría, en cariño, en amor, en cultura. Hablar con papá Germán…

Josefa.  Y hay una cosa muy simpática, Amaury, muchas personas cuando yo estaba dirigiendo la radio, no se acercaban tanto a mí. Y sin embargo después que ya yo llevo seis años de jubilada, aunque no estoy retirada.

Amaury. No, no, que vas a estar retirada, vamos a hablar de ello ahora.

Josefa. Y lógicamente, yo todos los días hablo con tres o cuatro compañeros que me llaman.

Amaury. Y aquí está, lo primero que a mí me llamó la atención cuando Josefa me regaló este libro, ¿esta es la segunda edición?

Josefa. Esa es la segunda edición.

Amaury. Edición actualizada, es esta.

Josefa. Si, esa es la segunda edición de ese libro.

Amaury. Que es muy lindo, porque dice: Para Amaury, poeta, trovador, amigo, buena persona -me llamó la atención-, con admiración y cariño, Josefa.

Yo siempre digo que estos libros, desde que uno los ve, ya el título de estos libros, es impresionante.

Josefa. El título tiene su anécdota también.

Amaury. ¡Házmela!, Rostros que se escuchan, se llama este libro.

Josefa. Iris Dávila, yo le dije: Mira, Iris, tengo el libro terminado, porque Iris está en ese libro

Amaury. ¿Si?, claro, claro, en este, esta es la segunda.

Josefa. Sí, estábamos en casa de Iris y dígole: mira Iris, yo no sé qué título ponerle al libro, ya el libro está terminado. Y me dice: Husmea en las motivaciones que tú tuviste.

Amaury. Claro, Iris Dávila, una legendaria, legendaria escritora para radio, legendaria.

Josefa. Leí las motivaciones de mi libro y entonces en las motivaciones y en una frase que me dice Alberto Luberta que dice: La radio es un taller para crear imágenes. De allí sale el rostro que se escucha.

Amaury. Rostros que se escuchan. Siempre está agotado, se hacen rediciones, se hacen rediciones, pero yo se los recomiendo. Es la historia de la radio cubana en las voces de sus protagonistas.

Josefa. ¿Tú sabes que eso tiene otra anécdota? El que me inspira a mí a hacer esos libros es Germán Pinelli. Porque le digo a Germán. Mira, Germán, yo he tenido una idea de hacer entrevistas con distintos artistas y demás. Me dijo: Fabuloso, cuando tú termines ese libro vas a tener la historia de la radio y la televisión contada por sus protagonistas. Y me ha pasado una cosa muy simpática, este año se publica el tercer tomo de Rostros.

Amaury. ¡El tercer tomo ya!

Josefa. Pero yo hice En silencio se habla, que no quiso ser un libro histórico sobre la radio, pero bueno, se ha escogido por la Facultad de Periodismo y demás, porque no hay nada escrito del 60 para acá.

Amaury. Claro, claro.

Josefa.  El libro de Oscar Ruiz se quedó en el 60, digo quedó porque del 59 para acá  no había nada escrito. Y ese es un libro quesin pretender ser histórico, recoge la radio desde los primeros balbuceos por allá por el 20, después de la creación de la primera emisora, etc., hasta el año 2006. O sea, desde que la primera emisora pasó a manos del pueblo, todo ese gran proceso. Fidel, la intervención de la CMQ, las proyecciones nuevas en la programación, hasta el año 2006, se recoge en ese libro.

Amaury. ¿Cuándo vas a hacer uno para la televisión, sobre la televisión, has pensado en eso o no?

Josefa. Sí, estoy por la página 85.

Amaury. Ah, bueno, pero con lo rápido que tú escribes, en cualquier momento está listo.

Josefa. No, no, no, porque la investigación es una investigación ardua. Es un libro que también no pretende hacer la historia de la televisión. Son palabras mayores.

Amaury. No, no, eso es difícil.

Josefa. Es un libro de la televisión que yo vi, que yo aprecié, que yo quise. La televisión que ayudó a cultivarme más, porque yo mirando mis libreros…, yo tengo dos libreros que me cogen toda la pared así, de la sala.

Amaury. ¡Cómo extraño esos libreros grandes!

Josefa. No, no, yo veía y decía; la mayoría de esos libros penetraron en ese librero, que primero era chiquito y después se fue agrandando, motivado por la radio primero y después por la televisión.

Que cuando pusieron Therese Raquin, yo salí buscando el libro. Cuando pusieron Doña Bárbara, yo salí buscando el libro. Cuando pusieron El Rojo y el Negro, yo salí buscando el libro. O sea, vaya, para no cansarte y decirte todos los libros fueron motivados por la radio y la televisión. Sentí añoranza de aquella situación. Entonces, o sea, que realmente ahí está también el nivel de cómo la radio, cómo estos medios reales de la televisión, pueden ayudar a alimentar la espiritualidad. Pueden ayudar a elevar la cultura general de la población.

Amaury. Yo, de todas maneras, estos son los libros, debe ser por mi relación familiar con casi todas las personas que salen aquí. Son los libros que yo utilizo para llorar.

Josefa. ¿Cómo para llorar?

Amaury. Sí, yo cuando tengo muchas ganas de llorar, y no tengo una película buena para llorar o no estoy leyendo un libro que me hace llorar. Entonces yo me siento con un trago, prendo un tabaco y abro el libro en cualquier página.

Voy a abrirlo ahora mismo, abro, deja ver ¿a quién abrí? ¿En dónde abrí? ¿Te gustaría ser Chang Li Po? Y ahí empiezo yo a leer.

Josefa. Oscar Luis López.

Amaury. Oscar Luis López. Y entonces mi cabeza empieza a extrañar, se pone melancólica, nostálgica, aprendo y lloro un rato. Que también es importante.

Josefa. Oye, pero yo no escribí para hacerte llorar.

Amaury. Bueno a mí no, pero yo también lo disfruto, llorar es un placer, diría Reynaldo González.

Josefa.Reynaldo González.

Amaury. Josefa, nos vamos, el programa se acaba. Tú te retiraste por cuestiones de salud, te hicieron unas operaciones.

Josefa. Sí, sí, en dos oportunidades mi corazón ha estado en manos de ese gran científico cubano, que es el doctor Álvaro Lagomacino, del Cardiocentro Che Guevara de Santa Clara.

Amaury. ¿Y cómo estás ahora, a ver, cómo estás ahora?

Josefa. No, ahora como tú me ves, ¿como tú me ves?

Amaury. No, no, yo te veo divina. Te veo divina, yo te veo fantástica.

Josefa. Entonces mira, cuando hablo de Santa Clara, tengo que hablar también del Doctor Dueñas, que es el director fundador del Cardiocentro y que ese es un Cardiocentro…

Amaury. …De mucho prestigio.

Josefa. Ejemplo de este país el Cardiocentro. Y el doctor Álvaro Lagomacino, bueno, con un promedio inalcanzable ya de corazón abierto y de vidas salvadas en este país.

Amaury. Y entonces ahora vamos a tener a Josefa haciendo libros de estos hasta para mis nietos.

Josefa. Yo, bueno, ahora me está atendiendo el doctor Quiroga hace siete años, aquí en el Cardiovascular de Ciudad de La Habana, que es mi cardiólogo y es el que me está ayudando para que yo termine todos esos libros. Y pueda ver el otro Mundial de Fútbol y el otro Mundial que viene.Yo espero llegar, yo espero llegar.

Amaury. ¿Cómo no vas a llegar? Además con esos ojos tan bellos. Vamos a terminar la entrevista hablando de tu familia, de tu esposo, de cómo fue eso. Porque tú le debes a tu marido un agradecimiento muy grande y me gustaría terminar con eso, quiero que me hables de él.

Josefa. Sí, mira, en primer lugar, antes de llegar al compañero, quiero decirte que yo tengo la gran suerte de haber tenido unos padres maravillosos. Mi mamá vive todavía, mi papá falleció hace dos años. Padres maravillosos, increíbles. Unos hermanos también maravillosos. Ellos me ayudaron, inclusive, a criar a mis hijos, porque ¿cómo yo podía desarrollar tantas actividades teniendo que atender a dos niños que nacieron llevándose un año entre ellos?, y yo no dejé de hacer nada con esos niños. Y me ayudaron mucho con mis hijos. Y me ayudaron en mi carrera y me alentaban y, vaya, me alentaban muchísimo para que yo emprendiera nuevas tareas.

Mi esposo es una gente, cómo no, yo no había conocido una persona tan noble, tan capaz, con una vastísima cultura, que me ayudó extraordinariamente en todo. Era mi impulsor, mi motor impulsor para asumir cada vez más tareas, cosas más difíciles. Tú puedes, tú puedes hacerlo, por aquí, por allá, yo te ayudo y demás.

Quiero decirte que aún después de jubilada, fue mi severo crítico. A él yo le leía, digamos, un fragmento de un libro o un capítulo. Y me decía, no me gusta por esto, esto, pero severo crítico. A mí a veces no me gustaba la crítica, porque a nadie le gusta, pero después me daba cuenta que tenía razón y yo trataba de enmendar, más o menos, y decía ¿cómo te parece ahora? Hasta que me dijo: bueno, está un poco mejor. Eso me ayudó muchísimo, porque yo sabía que detrás de esa crítica había una profunda admiración por mi persona y un profundo amor y cariño.

Mi esposo falleció hace un año, y lógicamente dejó en mí un vacío, de esos vacíos que es imposible de llenar, porque aún yo me siento en la computadora a escribir y miro hacia atrás y me doy cuenta de que no está. Pero bueno, la vida continúa.

Amaury. No está. Físicamente no está.

Josefa. Y lógicamente se hubiera puesto muy contento de verme en este programa.

Amaury. ¿Y tú crees que no te está viendo? Seguro que te está viendo? Bueno, te agradezco…

Josefa. …Bueno, si tú lo dices…

Amaury. …Te están viendo…

Josefa. …Si tú lo dices. Por eso, entonces, vamos a sonreír.

Amaury. Hay que sonreír.

Josefa. Vamos a dar gracias a la vida, que me ha dado tanto.

Amaury. Exactamente.

Josefa. Gracias a la vida, gracias… Haber nacido en este tiempo, haber alcanzado las cosas maravillosas que se han logrado en mi país.

Amaury. Yo voy a aprovechar para agradecerte que hayas podido venir. Yo sé que tú tienes muchas cosas que hacer, que tampoco andas desesperada por salir por televisión, también lo sé. Por tanto te lo agradezco doble.

Y después por rescatar a todos estos viejos que están en estos libros, que forman parte de mi vida, y de la vida de millones de cubanos. Gracias.

Josefa. Si tú supieras lo orgullosa que yo me siento de haber ocupado aunque sea un pedacito en esos corazones.

Amaury. Bueno, pues esos también te van a estar mirando en la televisión. Te quiero mucho.

Josefa. Y yo a ti. Muchas gracias.

Amaury. Muchas gracias.

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