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Tele y Radio

Radio Martí: un cuarto de siglo diciendo mentiras

Radio Martí: un cuarto de siglo diciendo mentiras

20 de mayo de 1985...Se inicia una nueva etapa en la agresión radial contra Cuba. Sale al aire la mal llamada Radio Martí.

Cuando el 27 de agosto de 1981 el New York Times publicó un artículo en el que revelaba como la administración Reagan estaba implementando planes para crear una nueva emisora de radio dirigida contra Cuba, era muy difícil prever qué tiempo llevaría el poner en marcha el proyecto.

El cabildeo de la organización contrarrevolucionaria con sede en Miami, Cuban American National Foundation, dirigida por Jorge Lincoln Mas Canosa, estaba presente en cada paso dado para tratar de crear a la mal llamada Radio Martí.
Un año antes, al hacerse público el llamado Documento de Santa Fe, al cual se le concede por muchos politólogos el papel de plataforma programática del Partido Republicano, se podía leer en él un párrafo dedicado a la necesidad de crear una “Radio Cuba Libre”, cuya implementación estaría en franca violación de la Ley de Neutralidad vigente en los Estados Unidos de América.

Hay que recordar algunos antecedentes históricos de esa nueva etapa de la agresión radial contra Cuba, pues en ningún momento había cesado el constante asedio electrónico, desde que el 21 de marzo de 1960 se reanudaran las transmisiones de la emisora Voz de América, tras un periodo de silencio que abarco entre 1946 y 1960.

Es interesante también remitirse a los documentos oficiales que crearon dicha emisora a poco de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, pues se le dio prioridad a las transmisiones en idioma Español, dirigidas hacia los países de América Latina aliados en el conflicto contra el Eje Berlín, Roma, Tokio. Esas transmisiones regulares cesaron después de terminada la guerra y solo se pusieron nuevamente en el aire poco tiempo después del triunfo de la Revolución cubana.

El uso de los recursos disponibles por la Voz de América para transmitir en las bandas de ondas cortas no fue considerado suficiente para los planes anticubanos de la administración del presidente Dwight D. Eisenhower, y es así que junto a esas emisiones desde Washington D.C., se suma la salida al aire de la estación clandestina Radio Swan, creada por la Agencia Central de Inteligencia, CIA, como parte de la operación Pluto, nombre en clave del plan de invasión a Cuba ya puesto en marcha.

En ese mismo año 1960, salen también al aire otras emisoras anticubanas, en ondas cortas desde la WRUL con estudios en Nueva York y transmisores en Scituate, estado de Massachussetts , y aparecen las primeras estaciones de habla hispana en la banda de ondas en el Sur de la Florida, empleadas también como parte del cerco radial contra Cuba.

Tras la derrota sufrida por la Brigada Mercenaria 2506 en las arenas de Playa Larga y Playa Girón, la CIA genera un plan de contingencia, destinado a rescatar lo que se pudiera utilizar todavía de aquel gigantesco descalabro, y es entonces que desaparece Radio Swan, se evapora su fachada en Miami , la Gibraltar Steamship Corporation, y como por arte de magia, reaparece en las mismas frecuencias Radio América, bajo los auspicios de una nueva entidad fantasma denominada Vanguard Services Corporation.

En 1962 tiene lugar la Crisis del Caribe, y es entonces que el Gobierno de John F. Kennedy da un nuevo paso cualitativamente superior en la implementación del uso de la radio como instrumento de agresión contra la Revolución cubana, al instalar dos plantas transmisores de 50 000 Watt de potencia en los cayos del Sur de la Florida.

Desde Cayo Marathon, se empieza a emitir por los 1180 kiloHertz con un sistema de antena direccional enfocado hacia la región occidental de Cuba, mientras que desde Cayo Sugar Loaf se opera por los 1040 kiloHertz con una antena similar pero en este caso dirigida hacia el centro del archipiélago cubano.

Al igual que había ocurrido con Radio Swan anteriormente, las dos emisoras de los cayos de la Florida, producían serias interferencias a emisoras comerciales de los propios Estados Unidos, que como era lógico protestaron de inmediato ante la disminución de su cobertura nocturna, pero sus propietarios fueron muy pronto advertidos para que guardaran silencio, pues transmitir contra Cuba era un alto interés gubernamental.

Estuvieron en el aire estas dos plantas emitiendo el programa en Español de la Voz de América, en el que se incluía regularmente un espacio denominado Cita con Cuba, hasta 1966, cuando el huracán Alma destruyó la instalación del cayo Sugar Loaf , la cual no fue reconstruida debido a las presiones ejercidas por los propietarios de la estación WHO de Des Moines, estado de Iowa, cuya área de servicio era severamente afectada por la presencia en el éter de la ilegal estación de la Voz de América, la cual, al igual que su gemela de Cayo Marathon, jamás fue inscripta en el Registro Internacional de Frecuencias de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

La agresión radial contaba además con varias emisoras clandestinas financiadas directamente por fondos del Gobierno de los Estados Unidos de América, emitiendo en frecuencias de ondas cortas también en forma ilegal y violatoria del Convenio Internacional de Telecomunicaciones del cual ese país es signatario.

Pero, para los mercenarios de Miami, agrupados en la Cuban American National Foundation, esto no era suficiente, y además, dado el proceso de aprendizaje acerca del funcionamiento de la política interna en el país del Norte, veían en la posibilidad de crear una emisora oficial, aprobada por el Congreso mediante una ley que evidentemente Ronald Reagan firmaría al momento, un filón de oro de proporciones incalculables.

La historia se encargó de ratificar lo que prestigiosos académicos de universidades norteamericanas habían advertido al analizar el proceso de gestación de lo que sería más tarde el engendro mefistofélico llamado Radio Martí. Una vez aprobada la Ley Pública 98-111, The Radio Broadcasting to Cuba Act, quedaron creadas las condiciones para implementar la puesta en marcha de esa nueva fase de la agresión radial.

Fue así como el día 20 de mayo de 1985, a las 5 y 28 de la madrugada, el transmisor de Cayo Marathon de la Voz de América fue desconectado del control maestro de dicha emisora para siempre... y en su lugar se le hace llegar una señal de audio que se genera en unos nuevos estudios construidos bajo el más estricto secreto en el edificio del Gobierno Federal Patrick Henry, ubicado en las calles D y 6ta. de la ciudad de Washington D.C.

Dejó de transmitirse la VOA en Español hacia Cuba desde el Sur de la Florida, para dar paso a ese nuevo instrumento de propaganda imperial que desde hace ya un cuarto de siglo se ha convertido no solamente en un constante generador de mentiras, calumnias y desinformación, sino también en un antro de la mas sofisticada corrupción administrativa, digna heredera de los antecedentes batistianos de muchos de los integrantes de la Cuban American National Foundation.

(Fuente Cubasí)

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