El reto de lo creíble. Entrevista a Waldo Ramírez, vicepresidente del ICRT
Si en la Isla un día se dejara de hablar de béisbol, la televisión ocuparía el primer lugar en las conversaciones. Así lo afirma Waldo Ramírez, vicepresidente del ICRT. Y una razón le asiste: «La TV entra en tu casa y tenemos derecho a opinar sobre ella, ¿no?».
Desde el pasado 30 de enero y hasta este sábado, en la capital, es el mismo medio el que se está mirando por dentro y genera reflexiones. El IV Festival Nacional de la Televisión propicia el análisis desde la perspectiva de las propuestas que actualmente produce, y ha invitado tanto a críticos y especialistas como al público.
«Siento que llegamos al evento en una posición diferente a la edición anterior. A partir de julio de 2007 ensayamos una programación que ya introdujo modificaciones en correspondencia con el estudio que realizamos sobre los cuatro canales nacionales», valora Waldo Ramírez para Juventud Rebelde.
«Un ejemplo son las 24 horas de transmisión de Cubavisión desde esa fecha. Para fin de año esta iniciativa se extendió a las cuatro frecuencias nacionales y constituyó una propuesta plausible, agradecida por los televidentes. Es la primera vez que esto se hace en Cuba».
¿Cómo enfoca el medio el papel de las televisoras locales? ¿En qué condiciones compiten en el certamen?
Ese es otro aspecto al que llegamos en situación diferente a años anteriores. En primer lugar, porque suman 71 corresponsalías en igual número de municipios del país. Tenemos 17 nuevos telecentros municipales, además de los provinciales, que tienen a su vez la señal el fin de semana para la cabecera de cada ciudad principal.
«Contamos con un sistema de televisión territorial que no se parece en nada al panorama que teníamos en la tercera edición del Festival. Eso implica un número mayor de obras nominadas para ellos y que han sido premiadas en el Festival Nacional de Telecentros.
«El nivel ha aumentado, pues ya aquí se observan galardones otorgados a materiales hechos en los telecentros municipales. Esto, evidentemente, permite la participación de estas televisoras como parte de la programación de la televisión con una perspectiva distinta.
«A veces, lamentablemente, asumíamos la posición de traer un programa porque existía un espacio donde debíamos ubicar algo, y lo facturado en los telecentros resultaba una oferta tentadora. Pero poco a poco el pensamiento colectivo y el diseño de estrategias nos han indicado que debemos pedir lo que necesitamos de cada territorio.
«Programas como Quédate conmigo o Barquito de papel, ambos de TV Yumurí de Matanzas, han gustado y tienen un estándar de calidad que los hace, por su puesta y contenido, dignos de estar en un canal nacional. Esos ejemplos oxigenan estos canales, y hacen más nacional la televisión. Vemos nuevos rostros, matices y maneras diversas de abordar temáticas.
«Desde esa base es que verdaderamente se puede construir un modelo dialógico de comunicación con los diversos públicos. Un modelo, además, que se reconozca por su coherencia y credibilidad.
«No todo lo que hacemos es lo ideal. Todo es digno de mejorarse. De hecho, creo en lo perfectible, en una televisión perfectible. Ni estamos conformes con lo que hemos hecho, ni me gusta en lo personal el autobombo, ni mucho menos creo que la gente que está trabajando en el medio, vibre desde esa apariencia».
¿No temen que la televisión se disperse de nuestra realidad?
Tenemos el reto de lo creíble en una realidad tan compleja como la cubana, pues contribuimos a la construcción del pensamiento. ¿Cómo lo logramos?, con mucho trabajo y con el talento de actores, realizadores, locutores, especialistas... Abriéndoles las puertas a los jóvenes, a las instituciones culturales y a los artistas e intelectuales para que trabajemos juntos, abriendo talleres y espacios de comunicación, debate y reflexión, como este Festival, que se realiza desde hace cuatro años. La mejor legitimación la da el televidente, no nosotros, y el respeto a ese público es lo que nos puede salvar.
«En la pantalla tienen que estar presentes, en orden jerárquico, lo cubano y lo mejor de la cultura de la Isla, nuestros desaciertos, pero también, y a mucha honra, todos los aciertos.
«Tiene que estar en nuestra programación lo más auténtico de la cultura universal, el respeto a la diferencia, la reflexión, el ejercicio de la crítica y la opinión, venga esto de los públicos y de los especialistas (que también son el público).
«A esto sumémosle que no es interés nuestro una carrera desmedida por altos índices de audiencia en detrimento de la calidad. Consideramos modestamente que lo anterior contribuirá a una evolución en el medio, creando un modelo que estrecha vínculos entre todos.
«En la medida en que lo hagamos posible, tendremos una propuesta en correspondencia con los intereses de los televidentes».
¿Cómo enfoca la Televisión Cubana desafíos como los de entretener, educar e instruir?
En Cuba, como en cualquier lugar, la televisión es entretenimiento. Aquí cobra un precio alto dadas las particularidades y condiciones económicas que todavía enfrentamos en el país. Lo cual indica que la televisión sea muchas veces una opción fuerte. Yo diría que la opción de entretenimiento para la gran mayoría. Sin embargo, no podemos confundirlo con la banalidad, ni con ausencias de contenidos o falta de reflexión.
«Las esencias éticas y humanistas que tiene la cultura nacional deben tener una presencia permanente en la programación y aunque siento que siempre han estado, nos falta darle verdadera dimensión cultural al entretenimiento, que es el medio en sí, como ya dije en el evento Caracol, de la UNEAC.
«No tiene por qué ser encartonado un programa histórico, o vulgar la sensualidad femenina en un baile de pareja puesto en un espacio musical. Y veo esta dimensión cultural de la que hablo desde la perspectiva no solo de poner en pantalla programas dedicados al arte y la literatura, que de hecho forman parte de este concepto.
«Cabe una visión más amplia, más abarcadora, más integral. Una televisión que valore críticamente los modelos que emergen y se imponen desde los grandes centros de poder y a su vez contribuya a reforzar los propios. Una televisión de pensamiento, como se merece un país como el nuestro, que tanto ha trabajado y trabaja por la dignidad y la libertad plena del ser humano».
Detalles de un festival
La inauguración tuvo lugar este miércoles en el cine La Rampa (sitio de las presentaciones del concurso), con la exhibición, en premiere, de El Aventurero, primer capítulo de una serie documental en producción que rinde homenaje al espacio Aventuras. En esta ocasión estuvo dedicado a Erick Kaup, uno de los grandes directores de este espacio. «En 2008 Aventuras llega a sus 45 años, y lamentablemente no está en su momento más feliz, por lo que trabajamos en su mejoría», asegura Waldo Ramírez.
«De igual modo hemos estrenado otros materiales como cuentos, teatros y teleplays.
«En la sala Fresa y Chocolate proyectamos las tres propuestas de la Televisión Cubana premiadas en el Concurso de la Caribbean Broadcasting Union 2007, que aparece entre los certámenes sobre audiovisuales más importantes del área, una ocasión para reconocer a sus realizadores.
«El evento teórico concluirá este sábado sus sesiones en el Centro de Prensa Internacional. Hemos abordado temáticas como la dramaturgia en los programas informativos; el tratamiento de la historia en la televisión; la relación entre cultura y entretenimiento en el medio; así como globalización e identidad en los espacios musicales.
«En todos estas sesiones ha habido intercambios de criterios y experiencias entre especialistas nuestros y de otras instituciones, y han participado, además, sociólogos, musicólogos, historiadores, psicólogos, cineastas, escritores, ensayistas y creadores.
«El certamen competitivo cuenta con 33 categorías y se premiarán 38 especialidades. En específico son programas juveniles, infantiles, dramatizados, seriales, informativos, géneros periodísticos, humorísticos... La gala de clausura será hoy 2 de febrero en el Teatro Karl Marx.
«Como parte de estas actividades ha sido homenajeada la Televisión Serrana, por sus 15 años de fundada, y se ha podido apreciar una retrospectiva con seis documentales, entre lo más representativo de sus producciones.
«Muchos resultados han dado los encuentros con el público en instituciones y centros laborales, educacionales, asistenciales y en los CDR. Así se comparten criterios y se aprecia parte del trabajo que hemos hecho.
«Resulta muy esperado lo que tenemos para los niños en el Pabellón Cuba (mañana, 10:00 a.m.), del mismo modo que lo fue lo ocurrido en el Parque de los artesanos de la calle 23, con la proyección de videoclips cubanos difundidos en los programas Lucas y Piso 6».
FUENTE: JUVENTUD REBELDE
2 comentarios
norelys -
adrian quintero marrero -