Pedro Martínez Pírez, de fiesta como toda Villa Clara en 26
Ajeno a cualquier regionalismo o estrechez espiritual, este periodista cubano y universal guarda muy adentro un sentimiento especial por el terruño y la ciudad en que nació: Santa Clara. Es por eso que conversamos con él a propósito de haber sido seleccionada esta urbe del centro de Cuba, por segunda ocasión en los últimos años, sede del acto central por un aniversario más de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, el 26 de julio de 1953.
Martínez Pírez, de larga y fructífera trayectoria en el periodismo cubano, no puede ocultar su satisfacción y orgullo cada vez que su provincia natal aparece entre las destacadas o ganadoras de la emulación por la efeméride.
Nuestro Pedro Martínez Pírez, además de cubano universal e internacionalista, es un villaclareño que guarda muy adentro un sentimiento especial por la Santa Clara que lo envolvió cuando nació y lo acogió en sus calles, y por todo ese territorio que una vez se llamó Las Villas.
“Estoy muy contento de que Villa Clara sea la sede de nuevo del 26 de julio”, dijo a esta periodista que se le acercó para indagar sobre sus vínculos afectivos con la provincia que, como justo reconocimiento a su quehacer socioeconómico durante el 2009 y a la estabilidad alcanzada en los últimos 12 años, homenajeará dentro de poco a los mártires y héroes que asaltaron el Cuartel Moncada y festejará el Día de la Rebeldía Nacional.
“Los villaclareños trabajan duro todos los días y, como sabemos, en los últimos años ya han obtenido varias veces la sede de los actos conmemorativos centrales por la efemérides del 26 de Julio, o lugares destacados en esa emulación que es rectorada por el Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC). Ese reconocimiento colectivo para mí siempre es motivo de especial regocijo” agregó el emblemático colega que labora en Radio Habana Cuba desde hace más de 37 años y que hoy comparte alegrías con el terruño del que es un entrañable hijo, también.
En esa ciudad fue donde vio bailar por primera vez a Alicia Alonso
¿Qué imágenes guarda de la Santa Clara de su infancia?, le pregunté bastante temerosa y nerviosa al saberme tan inexperta en estos trajines y entrevistando a alguien que es un maestro en la entrevista y en los demás géneros del periodismo. La jovialidad, sencillez y espíritu de cooperación de mi entrevistado hizo el milagro, y me sentí más cómoda y orgullosa de lo que estaba haciendo.
¨La Santa Clara de mí infancia es una Santa Clara muy pobre. Mi padre, poeta matancero, Enrique Martínez, la definía como una aldea, y efectivamente así era.¨ “Santa Clara no tenía fuente de trabajo. Era una ciudad de tránsito por la Carretera Central, una ciudad donde realmente había mucho racismo.
El Parque Vidal estaba dividido en para blancos y para negros. En aquella sociedad de mi infancia realmente había sociedades para blancos, mulatos y negros y de niño iba a Caibarién, a casa de mis abuelos, allí también tenía que soportar la división entre blancos y negros en la playa pública con una soga que dividía la parte de los blancos y de los negros. A mí eso me marcó siempre por el racismo que implicaba. Mi padre me enseñó siempre a no discriminar al negro. Así, nosotros que éramos cinco hermanos, nos criamos muy cercanos a otros niños negros”
De la infancia también tengo buenos recuerdos. En la escuela anexa La Normal de Maestros de Santa Clara, nuestra escuela, siendo un niño, vi bailar a Alicia Alonso. Era muy joven, fue algo impresionante, un privilegio que no olvido”, recuerda Martínez Pírez mientras hace gala de una memoria privilegiada, donde las imágenes están guardadas con tal lujo de detalles que ratifica dos de las razones que seguramente han hecho grande profesionalmente a mi entrevistado: su sensibilidad humana y capacidad de observación.
“Los maestros míos eran muy buenos. Estudié la primaria, la secundaria, y también hice la escuela profesional de comercio de Santa Clara, y llegué a estudiar dos años en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Todo eso lo hice trabajando, pues a los doce años comencé a laborar con un salario bajísimo para poder hacer frente a la difícil situación económica de la familia”. “Mi padre quedó cesante cuando yo tenía 7 años de edad, y todos los hermanos empezamos a trabajar desde niños. Mi hermana mayor era la que tocaba el órgano en la iglesia del Carmen de Santa Clara y yo tuve que empezar en trabajos muy modestos, forzados. Así hice la primaria y la secundaria. Después estudiaba en las noches en la escuela profesional de comercio, donde conocí a Ramón Pardo Ferrer y a otros revolucionarios y me ligué al movimiento 26 de julio y otras organizaciones que luchaban contra la tiranía de Batista”.
“Por este tiempo hice mis primeros “pininos” como periodista. Escribí en un boletín que teníamos en la Escuela de Comercio de Santa Clara. Siempre me gustó el periodismo y a ello también fui conducido por mi padre que acostumbraba a escuchar la radio, la onda corta y leer el periódico. Después me comentaba y sugería algunos valiosos artículos que él leía para que yo también lo hiciera”, destaca Martínez Pírez con palabras en las que es fácil descubrir la admiración y respeto que guarda por su padre.
Entre las imágenes de los entretenimientos callejeros de entonces, jugar trompo, pelota, empinar papalote y otros, el entrevistado recuerda un burro llamado Perico, un simpático animal de la Santa Clara de esa época. “Tocaba las puertas de las casas y los niños lo esperábamos con ilusión y un poco de temor porque el burro lo hacía con el hocico y a veces se introducía cuando las puertas o ventanas estaban semiabiertas y nos asustaba. Le dábamos pan y agua y nos parecía que el burro nos lo agradecía” se acuerda este villaclareño que a grandes rasgos nos acerca al por qué Santa Clara, pese a los muchos años que lleva viviendo fuera de ella, sigue en su corazón.
De Santa Clara a la adultez
“En Santa Clara estudié hasta el primer nivel de la Universidad. Me fui en 1960. Al rector de mi universidad, doctor Mariano Rodríguez Solveira, que era también mi profesor de derecho civil, lo nombraron embajador en Ecuador. El me consideraba su mejor alumno, y sabía de mi trabajo como escribiente en la sección de lo civil de la Audiencia de Las Villas donde conocí a Osvaldo Dorticós Torrado, quien sería meses después Presidente de la República. Más tarde me fui como diplomático para Ecuador, luego de pasar un curso de varios meses en La Habana” cuenta el también el Premio Nacional de Periodismo "José Martí”.
Martínez Pírez ha mantenido siempre vínculos muy fuertes con el terruño natal. Aquí vivieron sus padres hasta el fallecimiento y permanece parte de su familia. A esta ciudad ha ido cada vez que ha tenido una posibilidad, lo mismo a ejercer su profesión, a nutrirse de los orígenes, a reverdecer recuerdos y también a recibir honores otorgados por la ciudad de Santa Clara como uno de sus hijos pródigos que jamás la ha defraudado.
“Me satisface mucho que Santa Clara sea una vez más sede del 26 de julio. Recuerdo que estuve una vez con Orlando Castellanos, paradigma de la radio cubana, y entrevistando a muchas personalidades como Samuel Feijoo, Raúl Ferrer, Onelio Jorge Cardoso, y otros muchos villareños destacados, y me sentí orgulloso de nacer en esta zona, pero no solamente de la provincia de Villa Clara sino también Sancti Spíritus y Cienfuegos. Yo me siento de Las Villas porque es toda esa patria grande de la provincia antigua de Las Villas y tengo muchos recuerdos y amistades y constituye una fuente de inspiración para hacer trabajos periodísticos y hablar de mi país”
“Pero claro, como decía Antonio Guiteras, para ser una auténtico internacionalista hay que ser primero un amante del terruño, y el terruño mío es Santa Clara y por supuesto no podría ser un verdadero internacionalista sino soy primero un autentico villaclareño y un auténtico cubano, para entonces, a partir de ahí ser un internacionalista” finaliza.
Por eso y por otras muchas razones que quedan para una entrevista más amplia, nuestro Pedro Martínez Pírez, diplomático, legislador, profesor universitario, pero sobre todo periodista revolucionario, también está de fiesta junto a toda Villa Clara por el reconocimiento recibido y también por continuar homenajeando desde el trabajo y la eficiencia a los mártires y héroes de aquel decisivo y heroico 26 de julio.
Fuente: Katia Madruga Márquez/Tomado del Portal de la Radio Cubana
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