Rufo Caballero: Su casa era una metáfora, su casa era el cielo
Contaba ya a sus escasos 44 años con resultados difíciles de alcanzar siquiera a la altura de la senilidad. Hoy, la Universidad de las Artes, ISA,- como también la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, el ICRT, Cuba toda- lamenta al amanecer la pérdida de uno de los académicos y ensayistas más fructíferos; de los críticos más preclaros, agudos y temerarios, de los mejores comunicadores, de los jóvenes sabios más generosos si de compartir su vasto conocimiento se trataba. Hoy nos dolemos en la pérdida de Rufo Caballero.
En toda la vida de un hombre común no cabría la savia acumulada en tan solo cuatro décadas por un hombre como este Caballero; y sin embargo se nos va sin los homenajes que sus dos doctorados, sus éxitos en la Academia y en los Medios desde hace mucho merecían. Quizás si hubiera llegado a los 80…
Si hubiera llegado a los 80, posiblemente lo despediríamos como a un narrador de referencia obligada en las antologías literarias cubanas, o como a un experimentado realizador de audiovisuales; sí, haciendo lo suyo tras las cámaras y no solo frente a ellas; porque, a pesar de haber tocado nubes con su producción científica, con su magisterio comprometido, con su condición en el ISA, por ejemplo, de miembro del Tribunal Permanente de Ciencia sobre el Arte, Rufo, justamente ahora, andaba como buscando su sitio en la creación misma.
Y es que para Rufo Caballero, su casa era el cielo, como su voz nos anunciaba en el contestador cuando lo contactábamos telefónicamente. Hoy la Universidad de las Artes le rinde un póstumo y humilde homenaje. No tuvimos tiempo de despedirnos, colega, amigo, pero nos consuela que, de alguna manera, ya estás en casa.
Fuente: Por Wanda Canals/Tomado de CubaDebate
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