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Reinaldo Taladrid: “Prefiero que nuestra TV se resista a las tentaciones”

Reinaldo Taladrid: “Prefiero que nuestra TV se resista a las tentaciones”

Amaury. Muy buenas noches. Estamos en Con 2 que se quieran, ahora aquí, en 5ta Avenida y calle 32, en el barrio de Miramar, en los maravillosos Estudios Abdala. Hoy nos acompaña una de las personas que ustedes más han solicitado mediante el foro que tenemos abierto en Cubadebate. Celebridad de la televisión, conductor, guionista, periodista esencialmente, y polemista de béisbol, mi querido amigo, Reinaldo Taladrid. Muy buenas noches.

Taladrid. Un placer estar aquí contigo, Amaury, lo que no sé es si esa lista de títulos es exacta o no, pero bueno.

Amaury. Bueno, la iremos viendo en el camino. Entrevistarte a ti siempre es como navegar por el filo de una navaja. Espero que lleguemos al final sin cortarnos o, al menos, sin cortarme yo.

Taladrid. Se ve, se ve que haces Poesía.

Amaury. (risas) De todas estas cosas que te he dicho, ¿con cuál tú te sientes más cómodo?

Taladrid. Esencialmente como periodista. Casi todo lo que tú has dicho, lo he hecho como periodista, y me gusta ser periodista, soy periodista. Hago periodismo televisivo, radial, y escrito también. Sí, esencialmente periodista.

Amaury. Cuando yo te conocí, o cuando intimamos -porque yo te conozco desde que tú eres casi un niño y ya hablaremos del ICAIC y de tus padres-, tú eras el director de Cubavisión Internacional. Lo fuiste cuando se inauguró, ¿no?

Taladrid. Eso es parecido a deportistas que han empezado por el básquet y se han dado cuenta que lo de ellos es jugar pelota, o viceversa. Sí, es cierto. Es una historia. El presidente del ICRT entonces, Enrique Román, me llama… Era un momento muy difícil, ¿te acuerdas?, con 16 y 18 horas de apagones, reducción de la dieta en este país en un 30%.

Amaury. El Período Especial puro.

Taladrid. El Período Especial. Te podías parar en la calle Línea y no había un solo auto en la calle, un momento muy difícil. Y en la televisión, que es una industria que “come” muchísimo: luces, cabezales, casetes, micrófonos, también estaba afectada, muy afectada. Un estudio necesita aire acondicionado, piezas, de todo, de todo y hacía falta desesperadamente buscar un mecanismo de financiamiento. Y entonces el antiguo Canal del Sol, que tenía el turismo…

Amaury. Me acuerdo…

Taladrid. …pasó al ICRT y el ICRT decidió, con lo que era Cubavisión Internacional, que era TV por satélite, unificar aquello y hacer un canal. El canal tenía una doble misión; la primera; la imagen de Cuba, esa por encima de todo, aún en esa difícil situación económica. Y la segunda, era también convertirlo en una fuente de ingresos para ayudar a que la televisión sobreviviera, como se logró, no por Cubavisión Internacional, no, porque eso no resuelve nada en última instancia económicamente. Fue el apoyo del Estado el que mantuvo a la Televisión viva en esa época. Pero bueno, fue esa doble tarea. Estuve casi dos años ahí, pero me di cuenta que yo no era, no era basquetbolista, que lo mío era el beisbol, no era el básquet.

Amaury. Ahora que hablaste de la Televisión: ¿por qué, si hacer una televisión grabada es tan cara -tú grabas los programas, después los tienes que editar, buscar cubículos de edición, casetes y nosotros trabajamos con formato bastante antiguo-, por qué tú crees que la Televisión Cubana normalmente es grabada, y no es televisión en vivo?

Taladrid. Yo pienso que tiene que ver con lo que está mencionando Raúl recientemente de cambiar mentalidades. Que también es un problema de mentalidades. Es verdad, ese hecho es inobjetable. La diferencia del costo es abismal entre la televisión grabada y la televisión en vivo. Sobre todo para una televisión pobre como la nuestra. Pasaje a lo desconocido empezó en vivo, después pasó a ese mecanismo, pero yo creo que es un problema de mentalidades. Conozco al actual Presidente del ICRT hace muchos años y tú también, tú lo conoces antes que yo…

Amaury. Sí, lo conocemos bien y lo queremos, no solamente lo conocemos.

Taladrid. Yo lo conozco un poco después que tú. Yo no correteaba por el ICRT como tú, entre las cámaras con tu papá y eso, pero sé que a él le gusta la televisión en vivo. Sé que es una gente que defiende ese criterio. Pero no creas, dirigir una industria no es fácil. Hay mentalidades también. Pero ojalá se hiciera más televisión en vivo.

Amaury. De todas maneras hagamos votos, por lo menos aquí, de que la Televisión vuelva a ser en vivo, ese entrenamiento, esa adrenalina, que genera la televisión en vivo, no debíamos renunciar a ella.

Taladrid. Es igual que en el Deporte, ya que tú hablaste de adrenalina. Sí, sí, hay que estar listo, el pre arranque. Hay gente que usa la cosa de estar hablando como si estuviera en el aire y de pronto ya estamos en el aire. Creo que Pinelli hacia eso.

Amaury. ¡Pinelli, sí!.

Taladrid. Creo que Pinelli lo hacía, pero se hace en otros lugares también. Y sí, es un entrenamiento, es una prueba de fuego. Claro, yo participo, no es mi programa, pero soy parte de un programa que también es en vivo, y un programa largo, de hora y media en vivo, y que a veces ha sido hasta de cuatro horas en momentos difíciles.

Amaury. Estás hablando de la Mesa Redonda, ¿no?

Taladrid. Sí.

Amaury. Bueno, tú eres definitivamente uno de los panelistas más atractivos para el público de la Mesa Redonda, cuando hablo de atractivo, hablo de atractivo por tus argumentos, por la información que tú das, no porque tú seas más bonito que Arleen, porque no es cierto. (risas)

Taladrid. No, no, Arleen es mucho más bonita que yo.

Amaury. Es lo que te quiero decir.

Taladrid. Y sobre todo ahora que ha bajado mucho, está mucho más atrayente.

Amaury. Se ve mucho más bonita.

Taladrid. Se parece a cuando llegó de Guantánamo.

Amaury. Es mucho más atractiva, de hecho, también. Y la pregunta, yo creo que es una pregunta de la que me estoy haciendo eco. ¿Por qué la Mesa Redonda -y tú sabes que yo tengo una gran relación con las personas que dirigen y manejan la Mesa Redonda- no le dedica un día, al menos un día, como hace Granma los viernes, por ejemplo, a tratar temas nacionales, a responder reclamos de la población, a plantear problemas cotidianos del pueblo de Cuba?

Taladrid. Esa es una excelente pregunta. Si tú no me hubieras hecho esa pregunta, este no fuera el programa de Amaury. Primero, ¿cómo surge la Mesa Redonda? La Mesa Redonda surge en una coyuntura excepcional, en un momento especial y así surgió.

Ahora viene una segunda etapa que es un reto, que es convertirse en un programa habitual,en un programa de televisión. Esto tiene distintas lecturas. Se recogen muchos planteamientos de por qué la Mesa Redonda no toca esto, o lo otro. ¿Qué pasa? Que cuando hay alguien que dice un planteamiento sobre la Mesa Redonda, hay que diferenciar:  una cosa es que tú me digas que no estás de acuerdo con el enfoque que di de las elecciones en Estados Unidos -eso es un desacuerdo, una insatisfacción con lo que se hizo-, y otra cosa es yo quiero que se toque tal tema. En cierto modo eso es un reconocimiento, porque la gente quiere que se toquen esos temas ahí y no en otro lado.

Amaury. ¡Sí, la gente cree que ese es el lugar!

Taladrid. Ahora, en Cuba hay, ¿cuántas son?, decenas -no me acuerdo ahora el número exacto porque ha aumentado mucho-, por lo menos más de 60 emisoras de radio. Hay tres periódicos nacionales con distintas frecuencias, dos diarios, uno semanal. Hay revistas, hay programas de radio. Hay otros programas de televisión. Realmente poner ese peso solamente en la Mesa Redonda, me parece que es un poco desproporcionado.

Amaury. Sí, pero…

Taladrid. Por ejemplo. Yo te puedo decir que Ariel Terrero hace excelentes comentarios económicos.

Amaury. Seguro.

Taladrid. Que Pepe Alejandro en Juventud Rebelde y en Canal Habana, hace tremendos comentarios de problemas económicos, de problemas reales. Son periodistas, es prensa cubana, es medio masivo. Te puedo decir que en Radio Rebelde hay un programa que se llama Hablando claro, al medio día, que es excelente para debatir, discutir, cosas polémicas de la realidad. Pero a pesar de eso, sigue el peso del reclamo de la gente en la Mesa Redonda. Si tú me preguntas a mí, yo encantado de la vida hablaría  de economía, de la realidad cubana. Lo hago en el deporte, lo hago en otras cosas y no tengo ninguna objeción. De todas maneras no sería justo decir que la Mesa Redonda nunca ha tocado temas nacionales. Por ejemplo, cuando colapsó el sistema eléctrico del país, fue en la Mesa Redonda donde durante tres días se abordó a fondo ese problema y era un problema nacional de primera urgencia.

En la Mesa Redonda han comparecido determinados dirigentes de primer nivel, o sea, informando de cosas en determinado tipo de intercambio. No obstante, yo estoy listo cuando quieran, como quieran y como se desee para abordar cualquier tema nacional. No porque sea experto, no porque sepa más que nadie, sino por la voluntad.

Amaury. No, y porque eres cubano y lo padeces.

Taladrid. Claro, nosotros, si queremos parecernos a lo que somos, si queremos construir algo diferente -en un país que se está construyendo, diseñando-, pienso que hay que hacer una televisión diferente, que no caiga ni en el facilismo ni en el populismo. Esas son tentaciones posibles. Cuando Jesús fue al Desierto y antes de predicar, fue a probarse frente a todas las tentaciones. Hay que probarse para no caer en tentaciones. Porque es muy fácil caer y es este un medio muy poderoso. Prefiero que nuestra Televisión se resista a las tentaciones y su periodismo sea investigativo, profundo, que vea todos los temas. Cualquier problema es un rompecabezas y tiene varias piezas. Ningún problema tiene una sola causa, todos son multi causales. Lo deseable es que sea profundo. Eso sí lo prefiero.

Amaury. Sí, de todas maneras como ya tú tocaste un tema bíblico, también hay que evitar, yo pienso, que nos pase, como en otro pasaje bíblico, cuando Cristo resucitado, sale de Emaús y los discípulos no lo reconocen, o sea, que un día nosotros podamos realmente reconocernos en la Televisión que merecemos y que debemos tener.

Taladrid. Yo estoy totalmente… Amaury, tú eres veterano de los Congresos de la UNEAC, y tus discursos son famosos en los Congresos de la UNEAC…

Amaury. (risas) Mis breves intervenciones.

Taladrid. Todas esas ideas son inobjetables. Esa idea dicha así, de modo sencillo, es inobjetable. Nadie la puede discutir. ¿Qué pasa? Hay que ver cuando se dice esa idea qué se quiere -yo sé lo que tú quieres que se toque, yo te conozco-, pero ahí puede ser que haya alguien que lo que quiera es una Inquisición en la Televisión. Y bueno…

Amaury. Está bien, está bien, yo te hice la pregunta y tú la respondiste.

Taladrid. Está claro.

Amaury. Hablando como periodista, ¿qué opinas de lo que han dado en llamar el Intercambio cultural, referido a la cantidad de músicos, académicos e intelectuales que el Gobierno de Obama ha permitido -con ciertas facilidades de visas- entren a los Estados Unidos y se presenten allí?

Taladrid. Me parece excelente, porque también están afectados por ese bloqueo -y es bloqueo, la palabra no es otra- los ciudadanos de los Estados Unidos. Entonces ese intercambio cultural me parece excelente. Y mientras más norteamericanos sanos vengan a conocernos, mejor. Que vengan va a ser mucho mejor y permitirá que el intercambio cultural entre Estados Unidos y Cuba sean entre dos países. Estados Unidos es Montana, Dakota, California, Boston. Es un país muy grande, muy diverso.

Amaury. Claro.

Taladrid. Entonces ¿por qué?, porque la imagen…

Amaury. …Yo me refería a los Estados Unidos, al intercambio con Estados Unidos, no con una ciudad de los Estados Unidos.

Taladrid. Claro, eso mismo. ¡Se ve que tú eres brillante! Esto es para que me lleves suave en la entrevista a partir de ahora. ¿Qué pasa con el intercambio? Ojalá este se produzca en todos los sectores. La imagen que han dado de Cuba es tan mala, mala, mala, que la peor experiencia que puedan tener aquí será siempre mejor que la imagen que ellos traían de Cuba. Te lo aseguro.

Amaury. Sí. Tú me has dicho cuánto se beneficia con ese intercambio el pueblo norteamericano. La idea es, ¿cuánto se beneficia el artista, el intelectual cubano con ese intercambio?

Taladrid. Te voy a poner un ejemplo que a mí me gustó mucho lo que ví. Acabo de ver recientemente la interpretación de una escuela coral americana, que creo que es católica -o quizás protestante Bien, religiosa. Se trataba de un intercambio con los niños de su edad, de secundaria de uno de los conservatorios nuestros. Allí estaban los muchachos dirigiendo los coros, ambas grupos, los dos de tú a tú, en igualdad de condiciones. ¿Quién gana ahí? Todos ganan ahí, ganan ellos y ganamos nosotros. A mí me parece excelente eso. O cuando se inauguró una exposición aquí de un gran fotógrafo norteamericano, que había sido censurado en Estados Unidos por fotografías eróticas. La exposición se inauguró aquí en La Habana. Y vino, increíblemente, a esa inauguración, hasta un ex asesor de Clinton. A mí me parece que gana todo el mundo.

Amaury. Bueno, yo estuve leyendo en un currículum tuyo que tú habías sido premiado, de alguna manera, o señalado, específicamente, como el periodista más popular en algún año, el conductor más popular en otro, ¿quién otorga eso?, ¿cómo se llega a eso?

Taladrid. Déjame aclarar. Eso es una encuesta…

Amaury. ¡Porque la Revista Opina ya no existe!

Taladrid. No, eso era en la época tuya.

Amaury. Sí, en la mía.

Taladrid. La gente de Opina y eso, en el Carlos Marx, yo me acuerdo de aquello.

Amaury.  Yo siempre quedé en el último lugar de aquellas encuestas.

Taladrid. ¿Tú siempre quedabas en el último lugar?

Amaury. Sí, el último, el último lugar.

Taladrid. (risas) Bueno, déjame explicarte. Eso es una iniciativa de un programa de la televisión que se llama Entre tú y yo, tú lo conoces. Ahí está Irela (Bravo), que es uno de los grandes misterios de la televisión cubana -la edad de Irela, está entre los grandes secretos.

Amaury. Las mujeres no cumplen edad Taladrid, lo dicen los caballeros.

Taladrid. No, pero el caso de Irela es una cosa fantástica.

Amaury. Tiene la edad mía, así que no te preocupes, no tiene más.

Taladrid. Ah, una pista. Pero bueno, entonces ellos han desarrollado la iniciativa de hacer una encuesta popular. Pero tiene el respaldo también y le ha dado orden a esa encuesta el Centro de Investigaciones del ICRT. Entonces, mezclando esas dos, ellos seleccionan un premio de popularidad, que no tiene que ver con calidad.

Amaury. Ya sé, ya sé.

Taladrid. Y es la idea eso. Lo malo es que tú te marees y te creas que tú eres mejor que alguien y ahí perdiste legal.

Amaury. Ahora, tú, como casi nadie, yo diría que como nadie, eres adorado por el público y criticado. Entonces yo creo que eso es fantástico, porque quiere decir que no eres indiferente e, inclusive, en programas de la Televisión no cubana se te ha señalado particularmente, con una dosis de farandulería mayor que con juicios objetivos y críticos, ¿por qué tú crees que la respuesta y la agresión contra ti siempre es en un plano tan bajo, tan miserable, y tan asqueroso, y nunca sobre temas objetivos?

Taladrid. Bueno, ya adelantaste parte de la respuesta. Voy a ser breve, porque yo creo que el tema no amerita más. Porque yo no soy tan importante ni mucho menos. Es cierto.

Amaury. Para nuestro pueblo sí, Taladrid.

Taladrid. Es cierto lo que tú dices. Eso, primero, te demuestra que nunca han podido atacar el mensaje y usan la vieja táctica de atacar al mensajero. Eso lo único que te reafirma es lo que dijo Fidel: son huérfanos de ideas.  No pueden atacar lo que uno dice, atacan a la persona. Y lo segundo, al atacarla con mentiras y calumnias, más allá de cometer un pecado bíblico -siguiendo ya con la tradición, es uno de los siete pecados capitales-, más allá de mentir y calumniar, de quién habla más es de ellos.

Amaury. Ahora, ¿es verdad que tú familia era dueña de Tropicana?

Taladrid. Absolutamente cierto.

Amaury. ¡Ah! ¿Es cierto?

Taladrid. Sí. Y además, creo que este hecho es un ejemplo más de la riqueza de lo que es la Historia Cubana, de la Revolución Cubana, de este proceso.

Amaury. ¡Cuéntame, cuéntame de eso!

Taladrid. Esto tiene muchas, muchas historias, esto daría para un programa. Solo te puedo decir que sí, que mi familia está ahí. Tengo las fotos de la mesa de los dueños de Tropicana. Algunas porque mi tía abuela, ya fallecida, se llevó muchas. Murió, lamentablemente, murió con odio hacia nosotros, nos culpaba de perder todo eso -nos culpaba a mi padre, a su sobrino, y a todos los de su familia que, por supuesto, se quedaron.

Solo te digo que lo curioso es que teniendo esa situación, mi padre estaba involucrado en la Revolución. Mi padre ya era novio de mi madre -ambos están vivos y casados todavía los dos, desde esa época- cayó preso en el BRAC, el Buró de Represión de Actividades Comunistas, el primero que se hizo fuera de Estados Unidos en el mundo. Me siento muy orgulloso de que mi padre, a pesar de estar en ese medio que eran los dueños (de Tropicana), en vez de dedicarse a ganar dinero, se dedicó a caer preso dos veces y a leer, al igual que mi madre. Ella, por ejemplo, le llevaba La Carta Semanal -cuando Fidel sale de prisión, y vivía en el Vedado, antes de ir a México- le llevaba La Carta Semanal. Eso y otros otras cosas más hizo y yo, me siento muy orgulloso, que viniendo de ese medio, hayan podido trascender ese mundo. ¿A partir de qué?: de la cultura, entendiendo la cultura no como Arte, sino como toda la información de un ser humano.

Amaury. Bueno, dejando claro que Cultura no es solamente Arte. Tú hablaste de tus padres, a quienes yo conocí, bueno, cuando entré al ICAIC, porque Raúl era vicepresidente del ICAIC y Arita era jefa de despacho de Alfredo (Guevara), o sea, que cerca del Arte estuvieron. Pero aparte de que ya me hablaste de ellos, y puedes volver a hablar, no hay nada más bello que un hijo hablando de sus padres, tú eres hijo único, además, me encantaría que me hablaras del niño Reinaldo en el ICAIC.

Taladrid. Bueno, eso todavía es menos importante, pero bueno… No, pero quiero aprovechar para hablar.

Amaury. ¿Cómo tú sabes, Taladrid, qué es lo más importante para el televidente?

Taladrid. …Bueno, ahí te tengo que dar la razón.

Amaury. Explícame eso, ¿cómo tú lo sabes?

Taladrid. No, ahí te tengo que dar la razón. No, no, es igual que la idea de tocar los temas nacionales. Yo te doy la razón, la frase es inobjetable, vaya. (risas) No, pero sí quiero aprovechar, porque yo creo, y te lo puede decir cualquiera que trabajaba en esa época, que mucha gente considera que los años 60 y principios de los 70, fue la época de oro del ICAIC. No solo por lo que se llegó a producir como obras trascendentes, que trascienden el tiempo, etc. No solo por eso, sino por muchas razones.

No era exactamente jefa de despacho. A mi madre Alfredo le dio un título que creo que no lo ha vuelto a dar, que era Coordinadora General del ICAIC. Creo que no lo ha repetido.

Amaury. Ah, ¿sí?, nosotros le llamábamos Jefa de Despacho.

Taladrid. Era una oficina que estaba delante de la de Alfredo. Yo crecí ahí. Acuérdate que en esa época no había ni betamax, ni DVD´s, ni nada más, y era ver películas y yo crecí viendo seis o siete películas semanales, eso estimula en un niño, no cabe duda, las sinapsis cerebrales, la imaginación, leer, etc., y eso sí me ayudó mucho, me ayudó mucho. Y también me acuerdo -¿cómo se me va a olvidar?- que mi padre era Vicepresidente a cargo de la Industria. Era una estructura muy inteligente. Y Julio García Espinosa era vicepresidente a cargo del Arte. Mi padre atendía la parte de la Industria. Saúl Yelín era la figura internacional y llevaba a todos lados el cine cubano… Santiago (Álvarez) estaba en su apogeo, creando el Noticiero, en la época de oro aquella del Noticiero. Y recuerdo haber ido a las grabaciones. Fueron momentos inolvidables para mí.

Sí te digo, que libré una batallita pequeña, pero que me siento orgulloso de ella, porque a mis padres los borraron de la historia del ICAIC y la libré, y lo volvería a hacer igual y ya los reconocieron. No es culpa de nadie, no hay que culpar a nadie, no es responsabilidad de nadie, pero la historia es la historia. Y si usted menciona en el 50 Aniversario a gentes equis, que están bien mencionados, que no los hayan mencionado a ellos, realmente es un acto de injusticia histórica.

Amaury. Bueno, no hay nada, vuelvo a decirlo, no hay nada que tenga más gallardía, más hidalguía en un ser humano que salir a librar batallas por sus padres. Así que te tocaba, te toca, y esperemos que sigas haciéndolo hasta el final.

Tú estudiaste Derecho, ¿ejerciste?

Taladrid. No. Eso es una excelente pregunta. Ya estás haciendo preguntas otra vez de esas, ya volviste a subir la velocidad de la recta. (risas de Amaury) No, no ejercí Derecho nunca. No te estés riendo.

Yo salí de la Universidad, pasé mis dos años de Servicio Social, y ya mi tesis… es que yo, en la Facultad de Derecho, por ejemplo, mi tesis de graduación la hice sobre los grupos de poder en los Estados Unidos. Hablaba el inglés, me enseñaron a hablar inglés desde niño, me gradué con una tesis los Grupos de Poder, es una asignatura que se llama Teoría del Estado y el Derecho y ahí fue donde conocí el periodismo. Porque trabajando en eso, me tocó las relaciones con la prensa norteamericana, sobre todo la televisión, y ahí pasé una escuela espontánea. Yo aprendí televisión trabajando con las grandes cadenas de televisión norteamericanas. Y eso lo complementé de manera perfecta, yo te diría, la verdadera escuela, cuando se crea en Cuba, a finales de los 80, se crea no, perdón, Cuba comienza, Cubavisión Internacional comienza a participar en un programa que tenía la antigua CNN, la de Ted Turner, que no es la de ahora. Me refiero incluso, en contenido.

Amaury. La CNN de ahora es fatal.

Taladrid. Y entonces, ¿qué pasa?, que se me fue dando un proceso muy natural. Yo llegaba como asesor de la idea, del contenido, pero me empezaba a gustar más cómo se editaba y yo le decía ¡espérate!, ¿cómo se hace esto?, y me fui metiendo. Yo tengo una sed insaciable de saber, eso sí lo tengo, tratar de saberlo todo, cómo era lo del editor y la cámara, cómo se grababa y se concebían las ideas. Lo que yo traía, que había aprendido empíricamente más esto que lo estaba haciendo en la práctica, empecé a experimentar con ello y me convertí en uno más del equipo y al final ya me decían: ¡Ven, edítalo tú con el editor! No de que yo tocara las teclas, no, que edítalo tú, cortas aquí, vamos a intercalar un planito aquí, una disolvencia aquí. Ya empecé yo a hacer, y me encantó aquello.

Amaury. Y se te fue quedando el Derecho…

Taladrid. …El Derecho quedó a la espera. Eso me ha buscado problemas con dirigentes de la esfera jurídica del país. Que me dicen: no digas más que tú estudiaste Derecho y que no lo ejerciste, porque eso no es un buen ejemplo.

Amaury. De todas maneras te queda la oportunidad de volver, de ser abogado algún día.

Taladrid. ¡Cómo no! Mira, pudiera ser abogado tuyo si tienes algún problema.

Amaury. Espero no tenerlo.

Taladrid. ¿Tú crees que yo te defendería bien?

Amaury. Yo creo que tú me defenderías mucho, no sé si bien.

Taladrid. No sé si bien. Ya estás cuestionando mi capacidad, mi aptitud. (risas)

Amaury. Vamos a caer en el programa que te ha dado una absoluta popularidad en el país. Pasaje a los desconocido. ¿Qué impacto social tú sientes que tiene Pasaje a lo desconocido para el público?

Taladrid. Yo nunca me imaginé que iba a pasar eso que pasó… cuando Pasaje a lo desconocido empezó en 1997… en esa época había dos canales de televisión. Y realmente…

Amaury. ¿Qué tiempo lleva en el aire?

Taladrid. Quince años, este es el año número quince, a mí no me gusta eso de los aniversarios y eso.

Amaury. Te lo pregunto por curiosidad, porque no lo recordaba.

Taladrid. Son 15 años, estar 15 años en pantalla no es fácil. En ningún lugar del mundo.

Amaury. ¿No te cansa?, yo llevo un año y ya estoy cansado.

Taladrid. No, porque ahí está lo de no marearse, que te he mencionado tres veces. Yo estoy insatisfecho permanentemente e inventando siempre y el equipo que trabaja conmigo es excelente y se ponen a crear siempre, ¿por qué no hacemos esto distinto?

Te voy a poner un ejemplo: En ese momento que empezó Pasaje a lo desconocido, había dos canales. Cuando yo empecé a poner ese tipo de documentales, en Cuba no había cultura de ese tipo de documental. Hoy no solo hay cinco canales que ponen cantidad de documentales de ese tipo, sino que se venden ahora en las esquinas, en la calle, tú puedes comprar ahí un disco de Discovery. Y eso me obliga a volver a cambiar.  Yo quiero que el peso del programa esté en los temas que tengan más que ver con la vida cubana, con las cosas cotidianas de la gente y darle menos peso al documental y más peso al intercambio y a la discusión.

Y ahora existe un programa que muy gentilmente Radio Rebelde me ofreció y ya está saliendo al aire desde enero, que se llama Pasaje a lo desconocido en Radio Rebelde. Que puede o no ser el mismo tema que se toque el domingo. Sábados a las siete de la noche, hay que aprovechar el programa para decirlo.

Amaury. Sí, es que aquí está el director de…

Taladrid. …No ¡el sábado!

Amaury. No, para que la gente sepa que Reinaldo, porque acabas de virarte a la cámara, para que sepan, que aparte de todo, Reinaldo invitó -y es una alegría para nosotros que haya venido- al director de Pasaje a lo desconocido…

Taladrid. …Quisieron venir porque este programa ya es una leyenda. Entonces la gente quiere venir. Oye, fui al programa de Amaury…

Amaury. …Y que esté con nosotros aquí. (risas)

Taladrid. ¡Eso es leyenda ya!, ¡fíjate!

Amaury. Iremos todos nosotros a ver cómo lo hacen ustedes.

Taladrid. No, no, no tiene comparación, tú tranquilo, quédate aquí en Abdala, que tú, no te preocupes. (risas)

Entonces ahí tienes un ejemplo de un cambio que hemos hecho, porque la realidad nos ha llevado a eso. Pero yo lo que te quería decir, que yo nunca pensé que fuera a pasar eso con Pasaje a lo desconocido ni mucho menos durar 15 años.

Y sabes, después de pensarlo mucho, la causa, yo creo, es que a pesar de todo lo que digan, y todo lo que ha pasado y a pesar de los pesares y de todas las fallas cualitativas que pueda tener nuestro sistema educacional, eso es un resultado más del alto nivel educacional de este país en comparación con otros países del mundo, que ese tipo de programa, que existe en casi todos los países, casi nunca es de los más populares. Y sin embargo, aquí logró colarse con altos niveles de popularidad.

Amaury. Ya.  ¿Cómo te preparas para esos programas?

Taladrid. Bueno, ahí también hemos ido cambiando. Hubo una época que yo hacía eso (señala las tarjetas de Amaury) la tarjetica, y los temas. No, no me lo enseñes, no me vayas a enseñar que están vacías.

Amaury. No, no están vacías.

Taladrid. ¡Ah!, sí.

Amaury. Yo las uso además como abanicos, también es una oportunidad de abanicarme. (risas)

Taladrid. Eso es una seña, eso es una seña. No, no voy a decir más nada, no, porque te revelo secretos aquí. (risas). Al principio empecé así con las tarjetas, hoy viene Amaury, ¿de qué le voy a hablar?, bueno, le voy a hablar de esto y esto, primero esto, y con la limitación del tiempo me hacía quedar muy rígido. Y después he ido probando el tema de…, pero tienes que dominar el tema. Yo tengo que saber quién es Amaury, que ha hecho Amaury, a la hora de prepararme para entrevistar a Amaury. Primero, no entrevistar. Es un diálogo. Yo no quiero hacer más entrevistas. Yo quiero intercambiar, discutir, conversar. No la clásica entrevista, aunque el formato esencial es de entrevista. Y también introduje algo que no lo inventé yo, es tan viejo como la mayéutica de Sócrates, que aquí generó cierto rechazo, porque “Taladrid le falta el respeto al invitado”, que sí Taladrid…

Amaury. …Lo interrumpe…

Taladrid. …Lo interrumpe. ¡Óigame! la contra pregunta es una cosa tan vieja…

Amaury. …A mí me acusan de eso, de abusar de la contra pregunta.

Taladrid. Te voy a explicar por qué. El problema es que existe un mal hábito, de que tú entrevistas a alguien y lo que diga esa persona es sagrado, palabra de Dios. Pero es que tú puedes tener, o dudas de lo que dijo tu entrevistado, o quieres que esclarezca algo, o no estás de acuerdo.

Amaury. O quieres redireccionar el argumento.

Taladrid. Entonces, por ejemplo, yo te pregunto: ¿las corbatas finitas son mejores que las anchas? y entonces tú me dices, la corbata finita ayuda la circulación, etc. Y entonces yo te digo: pero, por qué usted dice eso si yo acabo de leer un artículo de un cardiólogo que dice que es al revés. Un ejemplo absurdo, nadie vaya a pensar que la corbata de Amaury ayuda a la circulación.

Amaury. Bueno, quién sabe.

Taladrid. Pero bueno. Eso es lo que hacía Sócrates. Sócrates en sus clases con sus alumnos decía una cosa y los alumnos tenían que retar y eso te obliga a convencer, no a asentar un dogma, sino a convencer. Y yo creo que con eso, a la larga, se gana y también el intercambio y hablar como hablan los cubanos. Mira, lo voy a decir aquí. Yo tengo una larga correspondencia, ¿sabes con quién?, que empezó de manera casual -la tuve con Cintio (Vitier)-, y con Fina García Marrúz.

Un día a la salida -y eso para mi fue un honor impensado, inmerecido- un día no me acuerdo qué era en el Palacio de las Convenciones, ellos me llamaron. Yo me quedé muy así. Me dijeron: ¡ay, muchas gracias por devolver la cubanía a ese tipo de temas en la televisión! Y yo me quedé frío. Y a cada rato, ahora, Fina me manda unas noticas y me manda cartas con comentarios, elogiosos o no, con opiniones de ella. Y que el solo hecho de que una persona, y también Cintio, de esa altura, de esa dimensión, me hayan dicho eso, me dio una satisfacción tremenda, porque yo también me propuse hablar como hablan los cubanos. Los cubanos no hablan de ningún tema de esa manera, que a veces se quiere, disciplinada de: Amaury, ¿la corbata ayuda? Y entonces Amaury dice: la corbata ayuda por esto y por esto. Próximo tema, prácticamente, próximo tema. Los cubanos nos interrumpimos, los cubanos nos sobreponemos. Los cubanos polemizamos, hablando de cualquier tema. Entonces por qué…

Amaury. …Nos involucramos sentimentalmente en una conversación…

Taladrid. …Es la pregunta que yo hago casi siempre ¿qué haría usted? Por ejemplo, un tema tan difícil como la eutanasia, claro, tú tienes que saber a quién le puedes hacer esa pregunta, el doctor Calixto Machado es una autoridad mundial en el tema de la eutanasia, pero a la vez es una persona muy jovial. Y yo le pregunto: ¿Y si usted estuviera en ese caso, qué haría con un familiar suyo? Y hay gente que no le gusta que yo le pregunte eso, pero yo creo que es poner en la perspectiva humana a grandes científicos. Yo creo que eso no afecta el contenido, ni la calidad. Yo creo que es una forma de acercarse a la gente, o como me gusta decir, de elevarnos a la gente.

Amaury. Taladrid, ¿tú eres casado?

Taladrid. (risas) Ya pasé por eso. Bueno, mira, ¡imagínate!, a veces uno es bateador de líneas cortas, a veces da nada más que batazos largos, no sé. Entonces mira, no he tenido, no he navegado con suerte en ese tema.

Una ex mía terminó, fíjate, cosa rara, una ex terminó de profesora de canto en Nicaragua. Otra anda por la televisión china, y otra pasó por tú programa.

Amaury. ¿Pero tú eres un exportador de esposas? (risas)

Taladrid. Sí, no, pero otra pasó por tu programa. Y entonces ¿qué pasa?, que…

Amaury. ¿Y otra pasó por mi programa?

Taladrid. Relájate y coopera. Y ¿qué pasa?, que, no sé, uno ama tanto a las mujeres que yo no quiero…, quizás uno no quiere darle la oportunidad de después desencantarlas. Y entonces, quizás ese sea mi destino, a lo mejor no, a lo mejor después termino, ¿cómo es?, encadenado en la cárcel de tu piel, como dice la canción.

Amaury. Sí, ¡pero tienes que apurarte!

Taladrid. Sí, es verdad, es verdad. Pero mira, eso es como una anécdota que yo oí una vez de Bobby Salamanca, que Bobby Salamanca decía, acostumbraba a decir que la gente como él, y yo me incluyo ahí, que no somos agraciados, teníamos que hacerle swing a 10 lanzamientos para embasarnos tres veces. La gente agraciada, a lo mejor le hace swing a tres lanzamientos y se embasan dos veces y entonces eso me lleva a esforzarme más.

Amaury. Y hay gente que se embasa las tres veces, en los tres lanzamientos.

Taladrid. Sí, cómo no, cómo no. De tres, tres. Pero esos son los agraciados, yo no soy agraciado.

Amaury. Defendamos tus ojos, entonces nos quedamos por ahí. Tú siempre tienes que ir con los ojos por delante. Le dices: mírame a mis ojos. (risas)

Taladrid. Sí.

Amaury. Y ahí empieza todo. Ya casi terminando la entrevista, es cierto, no hemos hablado de béisbol. ¿De qué equipo tú eres?

Taladrid. Ah, no, ¿pero que tú crees?

Amaury. No, no.

Taladrid. Que me vas a coger de, me vas a coger manso así, entre primera y segunda, te vas a virar y me vas a sorprender así, fácil aquí en un programa nacional.

Amaury. Esa es la idea. (risas)

Taladrid. ¿No me digas?

Amaury. Porque tú eres un polemista, tú tienes tu peña.

Taladrid. Como le dijo Michael Corleone al marido de la hermana antes de liquidarlo: no insultes mi modesta inteligencia.

Amaury. Pero ¿tú no lo vas a decir entonces? No vas a aprovechar para decirlo.

Taladrid. Mira, lo que sí voy a defender es un principio, porque tuve el honor y una de las grandes experiencias de mi vida, de ser el conductor de los Juegos Panamericanos en el 2003. Organicé una experiencia que se llamó la Cabina post temporada, en la final del año pasado de la pelota en la COCO (emisora radial).

He hecho esa experiencia con la COCO, con Radio Ciudad del Mar, con la W en Santa Clara, de béisbol. Primero, yo hago lo mismo que hago siempre, preguntar, polemizar e intercambiar, yo no tengo ni que narrar, ni ser el especialista. Busco a los especialistas, aquí en La Habana uso a Lázaro Vargas, uso no es la palabra correcta, me acompaña, y yo aprendo de él, a Lázaro Vargas, una persona inteligentísima. En Cienfuegos lo hago con Antonio Muñoz, que es muy simpático y muy ocurrente, y tiene cosas geniales. En Santa Clara, lo he hecho con varias personas también y ahora, tengo retado a un duelo al conductor de la W en Santa Clara, Normando Hernández, para hacer un debate de pelota, ¿adivina en donde? en El Mejunje de Santa Clara, histórico, espero que sea, para bien de todos, no porque esté yo.

Ahora, lo que sí defiendo es el derecho a incursionar en varios temas. ¿Sabes por qué?, porque hay gente que te dice: Eso no es serio, hablar de pelota es una payasada. Tú eres una gente seria. No hagas eso, porque eso te rebaja.

Amaury. ¿Hay gente que piensa que la pelota no es un asunto serio?

Taladrid. Sí, no, no, lo que te dicen: chico, tú eres un  analista serio, tú hablas de temas políticos, ¿cómo tú vas a hablar de pelota?

Amaury. Qué horror, es que la pelota es un asunto muy serio para este país.

Taladrid. Yo te voy a ser franco: No es más, en mi opinión, que tratar de ejecutar, de llevar a la práctica el concepto que defiendo con convicción, que es el concepto de Fidel de la Cultura General Integral, de manera que tú no seas especialista de todo, pero que sepas un poquito de Historia, de Economía, de Arte; todo eso es Cultura. De Deporte ¿por qué no?, eso lo único que hace es enriquecer tu alma, tu espíritu, tu cerebro. Está probado que el cerebro tiene plasticidad, que es capaz de volver a aprender a hablar cuando tienes un accidente, que cambia de hemisferio. La capacidad de aprender matemáticas a los 60 años se ha demostrado, de estudiar a los 60, 70 años. Todo eso, lo único que hace es enriquecerte.

Saber de pelota y saber de Política y un poquito de Economía y un poquito de Ciencias, lo único que te hace es una persona más íntegra, como dice el concepto de Fidel, que yo defiendo. Porque sí, mucha gente aplaude el concepto de Fidel, pero después si tú hablas de deporte, te caen arriba: por qué tú haces eso, eso no es serio. No, yo creo que eso es muy serio y muy complejo y el deporte tiene un millón de aristas también, sociales, económicas, políticas, como lo tiene todo. Y los comentaristas deportivos merecen el mayor respeto y no hay que subestimar para nada eso. E incluso, he librado otra batalla más reivindicando el derecho de los deportistas a ser analistas en estas transmisiones, cosa que yo defiendo a capa y espada también, y lo he hecho, lo he demostrado.

Así que para mí eso ha sido una escuela, un orgullo, compartir y conocer a todos esos deportistas cubanos. Gente como Lázaro Vargas, que recientemente contó cómo rechazó 8 millones de dólares después de las Olimpiadas de Barcelona y está aquí, con veinte problemas, como tenemos todos.

Desde esas experiencias hasta aprender qué son los cinco tipos de lanzamientos en la pelota, hasta aprender las señas para robar una base, quién se vira. De todo. Y además lo único que se hace es disfrutar más el mayor espectáculo cultural de este país, que es la pelota.

Amaury. Bueno, terminando ya, yo te agradezco muchísimo que hayas venido, pero espero, no sé que tú pensarás, que el título de este programa se haya ajustado a la conversación que hemos tenido. Pero yo quiero terminar con una pregunta, porque  siempre me queda una duda.  Tú has estado defendiendo a la Televisión Cubana, que es defender a Cuba. Tú has estado defendiendo al Deporte Cubano, que es defender a Cuba. Tú has estado defendiendo a la Educación Cubana, que es defender a Cuba. Tú has estado defendiendo a tus padres en la Historia, que es una manera de defender a Cuba.

¿Defender a Cuba para ti es un deber o una obligación?

Taladrid. Lo que yo soy, o sea, lo que yo he aprendido se lo debo en esencia al cambio que tuvo este país en el año 59, que permitió esos números que te mencioné ahorita y ese nivel. Yo soy hijo de eso, con sus virtudes y sus defectos, con sus limitaciones y grandezas, con sus imperfecciones, pero yo soy hijo de eso.

Sería una ingratitud mayor, pecado bíblico también, la ingratitud, no ser consecuente, agradecido y defender lo que te permitió ser lo que tú eres para bien o para mal, yo no soy nada excepcional, pero lo que soy se lo debo a ese proceso, a esos 50 años, a esa Revolución.

Y yo, con convicción, o como diría la canción de Silvio, si quieren considerarme arrastrable, con orgullo me pongo una medallita aquí, y con orgullo soy arrastrable. El problema es que no me voy a dejar arrastrar. Porque también en un momento dado en la vida hay que saber defender las cosas en las que tú crees por cualquier medio. Primero me matan, pero con orgullo, si esa es la categoría, me incluyo en esa gran canción de Silvio, y soy arrastrable. Pero por convicción, no porque signifique prebenda, ni nada. Por convicción, lo que no quiere decir que a uno le guste que la vida sea cada vez mejor. Que el socialismo se hizo para que el ser humano viva mejor integralmente, no solo materialmente, pero también materialmente, y que el ser humano sea mejor. Así que por convicción hago esas cosas.

Amaury. Está bien. Muchas gracias, Taladrid.

Taladrid. No, gracias a ti.

Amaury. Gracias

Taladrid. Y sí, Con 2 que se quieran ¿por qué no?

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