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Celebrada en Villa Clara la Asamblea Provincial del Partido Comunista de Cuba

Celebrada en Villa Clara la Asamblea Provincial del Partido Comunista de Cuba

«El Partido debe fortalecerse y los secretarios de núcleo tienen que estar dispuestos a enfrentar los problemas y ser exigentes. Quien no pueda, que lo diga. No podemos hacer las cosas por hacerlas y todo el mundo tiene que contribuir para acabar con la cadena de falta de exigencia que hay en todo el país.»

Así reflexionó el compañero José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del PCC y primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, en una de sus intervenciones en el balance del Partido en Villa Clara, que centró sus análisis en la producción de alimentos y el programa cañero-azucarero.

La asamblea, continuidad del 6o. Congreso, posibilitó un diálogo crítico de los problemas subjetivos que afectan el accionar del Partido en Villa Clara y que impiden las transformaciones que se exigen para actualizar el modelo económico cubano.

Durante el debate, las intervenciones de los delegados reconocieron avances en rubros clave de la economía, mas pusieron énfasis en la necesidad de desterrar el formalismo y la burocracia en el accionar de militantes del Partido, la UJC, y dirigentes administrativos y de las organizaciones de masas.

Al profundizar en las causas que impiden satisfacer las necesidades de alimentos del pueblo, quedaron expuestos los problemas que tienen que ver con el proceso de contratación,  acopio y comercialización de las producciones agropecuarias, que transita por el actuar esquemático de los cuadros.

También fueron denunciadas la carencia de iniciativas y la lentitud en encontrar alternativas para transformar aquellas limitaciones subjetivas que nada tienen que ver con la asignación de recursos.

Varias intervenciones corroboraron el ¡Sí se puede! de Raúl, y cómo la organizadión de vanguardia villaclareña está en condiciones de resolver los problemas que lastran su ejemplaridad.

La Asamblea eligió al Comité Provincial del Partido, y este a su vez al Buró Ejecutivo, al frente del cual fue ratificado como primer secretario el compañero Julio Ramiro Lima Corzo. Los delegados e invitados reconocieron el trabajo de los compañeros Juan Carlos Díaz Gómez y Tania Fernández, quienes dejaron de formar parte del Buró Provincial para pasar a desempeñar otras funciones.

Convertir lo excepcional en regla en la producción de alimento
 
Norma Velázquez Aguado, primera secretaria del Partido en Caibarién, al intervenir sobre el tema enfatizó en la necesidad de producir la comida que requiere su municipio, un territorio que posee poca tierra y una población que crece a la par del desarrollo del polo turístico de la cayería noreste:

 

La delegada Norma Velázquez explicó el funcionamiento de Texico, una p lanta que procesa la comida desechada en los hoteles de la cayería noreste para alimentar a los cerdos.

 

  

«No hemos resuelto el problema en ninguna de las tres producciones básicas en que nos hemos concentrado: el arroz, los frijoles y el maíz. Nos falta mucho por trabajar desde el Partido, los núcleos y la administración. No obstante, la experiencia del combinado porcino Texico nos prueba que resulta posible sustituir importaciones y ahorrar recursos al país. Allí utilizamos el propio sancocho que genera la cayería noreste para alimentar a los cerdos, que hace disminuir los gastos e incrementar la eficiencia. Este proyecto, insertado dentro de las iniciativas de desarrollo local, nos aporta un 25 % de ganancias para el municipio.»

La interrogante: «¿Qué debemos hacer para aumentar la producción, ahorrar recursos y elevar la eficiencia, la disciplina y el control?, planteada por Julio Ramiro Lima, primer secretario en Villa Clara, dio pie al delegado Israel Aguilar Pérez, administrador de la UBPC Desembarco del Granma, para probar la necesidad de convertir lo excepcional en regla: «Yo pienso que hay que acabar de ponerles coto a las cosas. Llevo más de 40 años como ganadero y siempre escucho la misma historia, que la alimentación del ganado hay que lograrla, pero todavía hay muchas dificultades en ese sentido.

 

«Con control y buen manejo de la masa ganadera se pueden obtener buenos resultados», según afirmó Israel Aguilar Pérez.



«Debo decir que este ha sido uno de los años más secos y, sin embargo, a mi ganado le sobra comida. Mis vacas dan leche todos los días, y aporto más de un millón de litros al año; y mis cañas, están a 100 mil arrobas por caballería, cuando las del MINAZ solo lo hacen a 28 mil.

«Delante de todo el mundo afirmo que el que más ganó de mis trabajadores, que promediaron a 2 mil 433 pesos, fue el que más ayudó a la cooperativa, pues fue el que más productividad tuvo. Se lo sacó de su sudor», concluyó el experimentado ganadero.

Al respecto, Machado Ventura acotó que no debemos tener miedo de pagar altos salarios, siempre y cuando lo que se pague se corresponda con el aporte, con la productividad del trabajo: «Que ganen de acuerdo con lo que sean capaces de dar.»

A continuación, como parte del análisis del sensible asunto, calificado de seguridad nacional, Manuel Hernández Pozo, campesino de la CCS Obdulio Morales, de Santa Clara, criticó las deficiencias en la contratación y las tierras que permanecen ociosas:

Manuel Hernández criticó los problemas en la contratación y la falta de exigencia en los dirigentes administrativos y los militantes del Partido.



«Soy guajiro, no soy orador, pero como secretario de núcleo digo que hemos tenido problemas con las informalidades del porcino, lo que ha hecho decrecer la carne de cerdo. Tampoco me explico que exista una cooperativa que tenga más del 80 % de su extensión convertida en un monte firme de aroma. Si esas tierras se le entregara a la gente que pueda trabajar, cuánto se produciría de comida.
«Nos debe avergonzar a todos --continuó Hernández Pozo-- hablar todavía de tierras ociosas, ya casi hace tres años de que el compañero Raúl nos hablara del tema en Camagüey. Estos problemas se deben a la falta de exigencia, la blandenguería y la tolerancia de todos nosotros. Ya esto no pare más. Tenemos un pueblo que necesita alimentos y hay que salvar a la Revolución.»

«Ahí está la causa esencial de muchos de nuestros problemas --acotó Lima Corzo--, en eso que usted dijo acerca de la falta de exigencia a todos los niveles: «Ya no podemos seguir denunciando el problema, nos corresponde resolverlo.» A eso nos ha llamado la dirección histórica de la Revolución, y eso es lo que necesitamos en todos los lugares.»

Otras intervenciones giraron sobre los esquemas que han conspirado contra una mayor rapidez y mejores resultados en la entrega de tierras en usufructo, un proceso no exento de trabas burocráticas y violaciones de lo establecido por la ley. Santiago Pérez Castellanos, miembro del Comité Central y jefe de su Departamento Agroalimentario, calificó de ineficientes a aquellos que no declaran ociosas las tierras infestadas y que esperan por buldóceres y combustible para acabar con el marabú.

Mientras que el administrador de la Granja Albarrán, perteneciente a la empresa Valle del Yabú, Ariel Romero, abogó por una empresa estatal socialista fuerte, a la que también corresponde defender: «El Estado tiene la obligación de producir, pero estamos muy lejos de satisfacer las necesidades de la población. Nos han faltado exigencia y el deseo de hacerlo mejor. En nuestro caso tenemos que mejorar el proceso de vinculación del hombre al área y pagar mejor por los resultados productivos.»

Lima Corzo, al intervenir sobre este sensible asunto, ratificó lo enunciado en la síntesis del informe de balance: «Si queremos lograr una verdadera transformación en la producción de alimentos, debemos despojarnos de todo tipo de formalismos y de superficialidades y no admitir excusas ante los incumplimientos.»
 
Azúcar para hoy y mañana

 
En la agroindustria azucarera, Villa Clara siempre estuvo entre las provincias de mayor producción y posee una larga experiencia en este sector. De ahí que sus actuales rendimientos, que solo promedian las 28 toneladas por hectárea fueran considerados como una vergüenza, máxime cuando en otros tiempos esos mismos campos eran demolidos con rendimientos de 30 mil y 40 mil arrobas. «Nos debe dar pena», fue otra de las frases empleadas para calificar el deplorable estado de los cañaverales villaclareños.

José Ramón Machado Ventura, al profundizar en las causas que han llevado a tales extremos a la otrora primera industria cubana, recalcaba que al MINAZ le ha faltado exigencia y ha existido mucha blandenguería. Para tener hay que producir, enfatizó el Segundo Secretario del Comité Central del Partido.

Una sentida intervención hizo Estelia Luaces Tabío, administradora de la UBPC No. 4 de Remate, en Remedios, quien, a pesar de no reconocerse oradora y tener miedo de hablar, puso el dedo en la llaga al afirmar que hoy se tienen los recursos indispensables para la caña, pero hay muchos problemas subjetivos: «No cuidamos la caña, y si no la atendemos bien, nunca tendremos buenos resultados.»

Si se quiere revertir la situación de la agroindustria azucarera, corresponde al Partido exigir sin paternalismos el cumplimiento de los planes de siembra y garantizar la calidad de las demás actividades culturales a la caña.

También los bajos rendimientos del café, derivados de chapucerías y problemas organizativos y de planificación fueron criticados en la intervención de Ciro Sánchez. De más de mil toneladas en la década de los 80, en la anterior se llegó a cosechar apenas 30,2 en el sector estatal.

«Es imposible tocar todos los temas --reconoció el compañero José Ramón Machado Ventura--, pero no podemos olvidar que estamos en una provincia con varias industrias importantes y un polo turístico en desarrollo, de ahí que a todo se le debe aplicar los nuevos conceptos de que hemos abordado aquí.

Al resumir la sesión de trabajo de los comunistas de Villa Clara, el compañero Abelardo Álvarez Gil, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, exhortó a trabajar en la implementación de los acuerdos aprobados en el Sexto Congreso, básicamente en aquellos aspectos que por su importancia deciden en la solución de los complejos problemas acumulados en nuestra economía:

«Solo el trabajo organizado, eficiente y productivo, nos puede permitir salir adelante. El respeto al cumplimiento de los planes económicos y al presupuesto que aprobemos, debe ser la principal tarea que impulse y controle el Partido.

«Hay que exigir por la responsabilidad individual de los dirigentes de cada entidad, controlar que realicen sus funciones con eficiencia. No se puede admitir que se sigan dando explicaciones ni haciendo compromisos que después no se cumplen; es imprescindible eliminar las justificaciones y las falsas autocríticas. Debemos ser más exigentes con los que administran los recursos, así como con los comunistas que no cumplen el rol que les corresponde», explicó Álvarez Gil.

También Álvarez Gil pidió a los militantes del territorio dar un particular seguimiento a las experiencias de desarrollo local que se llevan a cabo en los municipios de Remedios y Caibarién.

Los tiempos que corren exigen un total compromiso por parte de los trabajadores, los cuadros y los dirigentes de todos los niveles. Villa Clara seguirá adelante, sin importar cuántos obstáculos haya que derribar. Esta Asamblea del Partido demostró que existe confianza en Fidel y Raúl, además de ser la ocasión propicia para reafirmar el ¡Sí se puede!, única manera de cumplir con la Patria, la Revolución y el socialismo.

Fuente: Narciso Fernández, del semanario Vanguardia

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