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Tele y Radio

La televisión cambia…

La televisión cambia…

Por: Paquita Armas Fonseca. 7|5|2012

Una lectora del sitio Cubadebate, con el nombre Amada de usuario, escribió el 4 de mayo: “hace algún tiempo publicaron cambios en la programación de la TV, no he visto esos cambios, todo sigue igual”. La forera realizó este comentario debajo de la entrevista al joven realizador Pedro Luis Rodríguez (“La televisión pudiera proponerse metas mayores”) tomada de la revista El Caimán Barbudo.

Creo que el reclamo no está muy relacionado con el tema general de la entrevista, pero Amada demostró su desesperación por ver una TV renovada y repitió varias veces su comentario, por lo menos de una u otra forma aparece en cuatro oportunidades.

Le digo a Amada que sí, que está cambiando…

No recuerdo en cuántas oportunidades llamé a mi amigo Julio Acanda para felicitarlo por sus excelentes crónicas y recriminarlo por permanecer en La Descarga, una suerte de remedo de Poné a Franchela, sin Franchela. El espacio sabatino ya no daba para más pero ¡lo prefiero! a la propuesta banal de Salir por el techo.

Pienso que si no fuera que vivo en un edificio de veinte plantas yo hubiera salido por el techo por la indignación que me embargó ante un espectáculo promocionado hasta el cansancio y que dejó tanto que desear; sacarlo del aire sería la única solución. No basta con tener a Los Van Van para lograr un buen programa humorístico-musical.

El guionista Otto Ortiz, en una entrevista que concedió antes de que apareciera Salir por el techo afirmó que era otro Sabadazo. Me parece que el también actor y conductor tiene muy mala memoria. Entonces sí Julio Pulido, un buen realizador dela televisión, colocó en el aire una excelente propuesta.

En esta la conducción fue un verdadero desastre y desconozco para qué público eran los chistes. Tantos piticos para quitar malas palabras en la telenovela anterior, Bajo el mismo sol, y ahora en horario más temprano con un doble sentido que tiene poco de doble, se habla de tamaños de pene y locuras en la cama, además de un alquiler cobrado en divisas como casa de cita, ¿en la ley de los cuentapropistas están los posaderos?. Yo creo que no, aunque no estoy segura. ¿Eso no es dañino para los niños y niñas? Porque quienes critican temas actuales y fuertes en telenovelas y series aducen que los menores ven esos espacios. Yo estoy en contra, esa es hora de dormir para los pequeñines, pero repito: ¿no son dañinos esos chistes para niños y niñas? La verdad, no entiendo nada.

Este programa es un cambio hacia atrás igual que sucede con la serie Con palabras propias en la que todas las casas son lindas y la del cooperativista parece crecer infinitamente ¿Cuántos cuartos tiene? Porque cada vez que llega alguien lo invitan a quedarse. ¿Dónde están los conflictos? y… ¿¿¿dónde está la dirección de actores??? Es una puesta de caritas y más caritas. Dicen que estaba concebida para los jóvenes, ¡qué poco se respeta a la juventud! ¿Alguien cree que los jóvenes que se desvivieron por ver Blanco y negro, no y Doble juego son distintos a los de ahora? Aún está fresca en la memoria la excelente historia de Mucho ruido, en la que los conflictos no eran como los de Bajo el mismo sol, pero que sí reflejaban problemáticas de los adolescentes, con personajes bien defendidos por muchachos y muchachas que crecieron en la actuación.

Otro cambio que imita al cangrejo: uno de los mejores programas de información y crítica cultural en la televisión de los últimos años es Sitio del Arte. Tanto por su hechura novedosa, con una postproducción trabajada y el abordaje de temáticas importantes para la sociedad cubana actual, este espacio se ha ganado el respeto no sólo de los artistas sino de cualquier persona que desee estar informada acerca del arte en Cuba. No salgo aún de mi asombro por lo que me dijo su directora Julia Mirabal: en breve o reduce de 27 minutos a 12, o se va para otro canal que no sea Cubavisión. ¿Por qué adoptar esta medida con un espacio que demuestra su valía en cada transmisión? ¿Con que lo van a sustituir? ¿Cuánto tiempo demorará la TV en tener un programa adonde los artistas acudan con placer porque saben que serán respetados y jerarquizados?

Sigo con algunos ejemplos (hay más), El triángulo de la confianza, del Canal Habana, es una muestra de cómo con la asistencia de especialistas, un guión y conducción inteligentes, se puede debatir sobre temas peliagudos e importantes para la sociedad. ¿Por qué no se ha retransmitido por un canal nacional? Lo contrario sucede con Ecos de mujer, de una salida al aire bastante reciente, en horario estelar y por Cubavisión, que no logra adentrarse en los temas que sugiere. Hasta ahora no he visto uno donde todo no quede en la superficie y la risa a veces forzada de invitados que hablan de sus experiencias personales en el tema, pero no son expertos.

El 20 de marzo del 2012 en El Caimán Barbudo (luego reproducido en Cubadebate y en el portal de la Televisión Cubana) publique mi comentario “Cuidado con propuestas rosadas en los dramatizados”. Creo que aquella inquietud hoy es más que eso. Los pocos recursos de una televisión como la nuestra no se pueden emplear en programas en los que reine el facilismo para que guste al público. En varias oportunidades le escuché decir a Fabio Fernández, entonces director del Centro de Estudios del ICRT, que el reto de la televisión era satisfacer a los diversos públicos, pero teniendo en cuenta propuestas que al enriquecerlos los respeten. ¿Se piensa así actualmente? Parece que no.

Mi opinión sobre Salir por el techo la constaté en el barrio de San Martín, en El Cerro, con amas de casa, secretarias, constructores, bodegueros y algún delincuente (por lo menos eso dicen) y todos expresaron lo mismo: ¡qué lástima con Van Van! Amigas y amigos periodistas, teleastas, médicos, abogados, vecinos, me dieron opiniones que no puedo publicar. Confieso que me autocensuro. Y sí, Amada, usted tiene razón a la hora de preguntarse donde están los cambios en la TV ¡Ojalá que pronto yo tenga que escribir todo lo contrario sobre mi querida televisión, pero a este paso…!

TOMADO DE LA VERSION DIGITAL DE EL CAIMAN BARBUDO, DISPONIBLE EN:

http://www.caimanbarbudo.cu/articulos/2012/05/la-television-cambia/#.T6fTEoJtZ7g.facebook

1 comentario

ALEXANDER JIMENEZ, EDITOR DE TELE Y RADIO -

Estamos hablando de una televisión sin recursos. Sin iluminación, con escenografías de bambú, tela reciclada y listonicitos de madera que se consiguen por ahí y con las puntillas a la vista del televidente.

La Descarga no daba más, pero lo que realmente no da más, es el concepto de programación que rige en el ICRT. Esa idea arcaica de que detrás del noticiero tiene que ir obligatoriamente un musical o un humorístico para "refrescar" la tira o parrilla de programación. Si supuestamente el sábado en la noche la gente quiere refrescar, ubíquese la novela detrás del NTV y luego empiece con las películas; se va a agradecer más.

En cuanto a "El triángulo de la confianza" debe primar un criterio político de que el programa es "muy habanero", de que ese pensamiento "tan alante" de los invitados de Rolando Almirante no se debe meter en la cabeza a los guajiros de Manicaragua o de Contramaestre.

Mientras tanto, hay que empujarse un programa cursi y de pésimo gusto como Ecos de Mujer, donde se dice de todo y sin censura. Tonterías y pujos de los invitados, que ya uno está cansado de escuchar en otros programas a los cuales han ido antes. Nuestros músicos y vocalistas son muy talentosos para su arte, pero cuando abren la boca...por favor, en algunos casos ocurre como el pavo real. Una pena por Rosalía que -al igual que Julio Acanda- debería reservarse para empeños mayores. Además, ya Rosalía no aguanta esos close up, que le hacen -esperemos que sin mala intención. Ya no es aquella muchacha trigueña achinada que se ponía los pañuelos enrollados en la frente cuando hacia el noticiero estelar.

De las novelas, para qué llover sobre mojado. En algunos casos son verdaderos remedos de aquel extinto programa nombrado "Nuestros hijos", que la TV cubana transmitiía en los años setenta y ochenta, con Navarrete como locutor y al final salían dos psicólogos diciéndole a los padres lo que tenían que hacer con sus vástagos. Muy a la soviética. En otros casos, nuestras novelas o teleseries de horario estelar, son verdaderos cantos a la homofobia, a la infidelidad o llamados solapados a la desobediencia civil.

Dos canales educativos por gusto, con casi la misma programación, y programas de pésima calidad, muy parecidos los unos a los otros. Multivisión, entre cazadores de serpientes o pescadores de cangrejos colorados gigantes ya pide una renovación. No se transmite nada de Televisión Española ni de la televisión pública de naciones latinoamericanas con las que tenemos excelentes relaciones diplomáticas. La gente se sigue preguntando en la calle por qué no se retransmite la señal de teleSUR en Cuba, si se sabe que Cuba forma parte de los Estados que fomentan ese canal multinacional, y solo se puede ver el espacio de Walter Martínez, con su inentendible dicción, y una pésima edición de la emisión matutina de Noticias TeleSUR. A veces, Serrano anuncia en el NTV que se murió Fulano de tal y en "Lo mejor de TeleSUR" sale el difundo dando un discurso, y al lado un cartelito que dice "En vivo". Eso ha pasado.

De TeleRebelde, para qué hablar, hay veces que Renier González sale en tres programas, uno detrás del otro, como si no hubiera más comentaristas deportivos en Cuba; no se transmiten las grandes ligas del béisbol, sin embargo, ponen fútbol de equipos que mucha gente ni conoce. Razón por la cual, ese otro deporte va desplazando al que fue "nuestro mayor pasatiempo nacional".