Raúl Castro este 26 de Julio: Vivimos y mantenemos esta Revolución por más de medio siglo que es la gran proeza del pueblo cubano
“Poco a poco vamos cumpliendo todas las metas, planificándolas según los recursos de que dispongamos”, expresó el General de Ejército Raúl Castro en esta mañana del 26 de julio, aniversario 59 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Dijo que “sabemos de todos los problemas” por los cuales atraviesa el país. Se refirió a los bajos salarios y afirmó que hasta que no avancemos en la producción y la productividad, sobre todo en la producción de alimentos para evitar el gasto de cientos de millones de dólares, no se podrán producir aumentos salariales. Así estamos todos, pero vivimos y mantenemos esta Revolución por más de medio siglo que es la gran proeza del pueblo cubano. Aclamado por el pueblo reunido en la Plaza Mariana Grajales de la provincia de Guantánamo, sede del acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, Raúl felicitó a los guantanameros por el acto celebrado, que consideró ejemplar. Así debieran ser todos los actos, dijo y agregó: “con una magnifica introducción de los jóvenes artistas, ha durado solo 55 minutos”. Visiblemente emocionado, el Presidente de los Consejo de Estado y de Ministros expresó que “sentimos un amor profundo por todo nuestro país, por toda América Latina, y naturalmente por aquellos lugares donde vimos combatir al pueblo, donde vimos caer a decenas de compañeros, donde vibra la tierra. Aquí tiembla la tierra, porque no tiemblan los hombres, y apostilló: “en toda Cuba no tiemblan ni los hombres ni las mujeres y lo hemos demostrado por más de 50 años”. Recordó que en esa tierra combatió junto a todos sus compañeros del Segundo Frente Oriental Frank País. Les comentó a los cubanos y cubanas que al acercarse a Guantánamo, estaba viendo con orgullo los cientos y cientos de kilómetros que caminó Fidel desde el desembarco del yate Granma, en Las Coloradas, hasta Guisa. También nosotros nos extendimos rápidamente con un frente que llegó a alcanzar 12 mil kilómetros cuadrados por el trabajo preparatorio de los guantanameros. Haciendo un recuento de nuestras luchas independentistas, Raúl describió la firmeza del pueblo, desde los iniciadores de la primera guerra por la soberanía del país en 1868; a los que combatieron en la Guerra Chiquita; a Martí, que no cejó a pesar de fracasos como los de la Fernandina, cuando perdió las armas que con tanto esfuerzo tabaqueros cubanos en Estados Unidos habían reunido, y desembarcó con Gómez por Cajobabo para la gesta de 1895. Se refirió a la intervención norteamericana que no dejó que los mambises entraran victoriosos en Santiago de Cuba, iniciándose, como explicó, exactamente 60 años, desde el 1 de enero de 1899, un dominio total de los Estados Unidos. Nos dejaron un himno, un escudo y una bandera, “eso fue suficiente para reconquistar lo demás”, sentenció. Comentó que si se hace una comparación entre el último censo de población efectuado por la metrópoli española y el primero de los intervencionistas norteamericanos, aparece la considerable disminución de la población cubana. Pero 60 años después se acabó el relajo, cuando llegaron victoriosos los barbudos de Fidel, destacó. Comentó Raúl que ahora aspiran a que suceda aquí lo de Libia, o lo que quieren hacer con Siria, pero advirtió que esta es una islita pacífica, que nos gusta bailar, hacer amistad con todos, incluyendo a Estados Unidos, pero es un pueblito rebencudo y si quieren confrontación es mejor en el béisbol, que veces ganamos y otras perdemos, pero en lo demás no. No se puede dirigir el mundo, y mucho menos basado en la mentira repetida, al estilo del ministro de propaganda de Hitler. El día que quieran la mesa está servida, ya se le ha dicho, si quieren discutir, discutiremos, sobre derechos humanos, democracia. Vamos a discutir de todo, pero en igualdad de condiciones, porque no somos sometidos, ni títeres de nadie. Y convocó, además, a debatir los problemas de sus aliados, de la Europa occidental fundamentalmente.
Mientras tanto, aquí estamos con más cosas o menos cosas, pero siempre con la caballería lista por si acaso. Y acotó, sin embargo, que “una vez más proclamo aquí nuestra vocación pacifica, pero nuestro pueblo sabe defenderse, aquí no hay que decirle a nadie lo que tiene que hacer”.
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