Las misiones actuales a Marte, el planeta rojo, van en serio
En algunos de sus últimos discursos y comparecencias, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se ha referido a comentarios e informaciones que le ha brindado el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, acerca de "misiones a Marte". Incluso, en su acto de campaña el viernes en la parroquia Antímano, de Caracas, Chávez echó por tierra las aspiraciones presidenciales de Henrique Capriles Radonski al indicar que si quiere ser primer mandatario, tendrá que intentarlo en el planeta Marte.
Ante miles de sus partidarios concentrados en Antímano, Chávez recordó que el candidato opositor dice constantemente lo que hará cuando sea Presidente, “creo que en Marte será Presidente él”.
Entre risas dijo: “me informó Fidel (Castro) que están preparando un viaje a Marte, a lo mejor el candidato burgués se monta en la nave y allá lo eligen presidente, en Marte”.
Pues bien, Tele y Radio, buscó información al respecto de las citadas misiones a Marte, y encontró estos datos en la página de ciencia y técnica del diario EL PAIS, de España. Espero les interese, y se lo propongo como Lectura de Domingo.
Misiones actuales en el planeta rojo
Actualmente están en operación cuatro misiones espaciales en Marte: cuatro de la NASA y una de la Agencia Europea del Espacio (ESA). Tres de ellas son satélites de observación científica en órbita del planeta rojo y uno es un vehículo todoterreno de la generación anterior, que lleva funcionando ocho años ya. A través de los estos tres satélites en órbita, incluido el europeo, se podrá comunicar el Curiosity con Tierra, especialmente durante la difícil maniobra de descenso y las primeras horas en el suelo de Marte; después, el nuevo robot podrá contactar con el centro de control directamente o a través de esos artefactos en órbita.
2001 Mars Odyssey (NASA)
Satélite en órbita de Marte que fue lanzado en abril de 2001 y que llegó al planeta vecino en octubre de ese mismo año. Su objetivo es hacer observaciones de la geología marciana, el clima y los minerales allí. Los datos de la 2001 Mars Odyssey han permitido trazar mapas de minerales y elementos químicos en Marte, así con identificar regiones con posible agua en el subsuelo. Lleva a bordo tres instrumentos científicos principales: una cámara térmica, un espectrómetro de rayos gamma y un experimento para medir la radiación en la superficie de Marte.
Opportunity (NASA)
El Opportunity forma parte, junto con su gemelo Spirit, que ya ha dejado de funcionar, de la misión Mars Exploration Rovers. Fueron lanzados desde la Tierra en junio y julio de 2003 y llegaron al suelo de Marte en enero de 2004. La misión estaba diseñada para que los dos vehículos todoterreno funcionasen tres meses y el Opportunity sigue activo, mientras que el Spirit dejó de comunicarse con la Tierra en marzo de 2010. Los dos vehículos (de unos 180 kilos cada uno) encontraron pruebas geológicas de que Marte fue en el pasado, hace millones de años y de modo intermitente, un entorno húmedo. Estos dos robots han enviado más de 100.000 imágenes en color y de alta resolución de los paisajes que han recorrido.
Mars Express (ESA)
El satélite científico actualmente en órbita marciana de la Agencia Europea del Espacio (ESA) es el Mars Express. Fue lanzado en junio de 2003 y llegó a su destino en diciembre del mismo año. Lleva siete instrumentos científicos. Esta tomando y enviando imágenes de la superficie del planeta rojo con alta resolución (10 metros por pixel y 2 metros por pixel en zonas seleccionadas). Otros instrumentos se dedican a levantar el mapa de minerales, a la composición de la atmósfera y su circulación global, la estructura del subsuelo y la interacción de la atmosfera con el viento solar.
Mars Reconnaissance Orbiter (NASA)
Partió en agosto de 2005 y se puso en órbita de Marte en marzo de 2006. La Mars Reconnaissance Orbiter lleva a bordo lo que la Nasa define como la cámara más potente que se ha enviado hasta ahora en una misión de exploración planetaria. Es capaz de identificar en el suelo objeto del tamaño de una pequeña mesa, con lo que proporciona detalles de la geología y la estructura de Marte e incluso permite identificar obstáculos que pueden dificultar el descenso de las misiones allí. Otro instrumento permite buscar agua en el subsuelo.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/31/actualidad/1343756605_844067.html
El ‘Curiosity’ hace una maniobra para ajustar la trayectoria de llegada a Marte
La nave espacial que lleva el robot Curiosity, con destino al suelo de Marte, realizó el pasado fin de semana una maniobra de ajuste de trayectoria para apuntar hacia el punto definido de entrada en la atmósfera del planeta rojo para posarse en el suelo allí. Será el próximo seis de agosto. La maniobra, que estaba prevista en el plan de vuelo, consistió en dos cortos encendidos de los propulsores de la nave, seis segundos en total, con lo que su velocidad se alteró en un centímetro por segundo, ha informado la NASA. Según los datos recibidos en el Jet Propulsión Laboratory (responsable de la misión), la maniobra se realizó correctamente, pero los ingenieros, si fuera necesario, podrían hacer aún dos operaciones más de este tipo en las últimas 48 horas antes de la llegada a Marte.
El vehículo todoterreno Curiosity, de esta misión denominada Mars Science Laboratory, va plegado dentro de una estructura circular y aplanada, de 4,5 metros de diámetro, la mitad de la cual actuará como escudo térmico en la entrada y primeros kilómetros de descenso en la atmósfera marciana. Esta estructura va unida a otra en forma de disco que lleva el equipamiento de la fase de crucero, es decir, del viaje interplanetario, con ocho propulsores y paneles solares.
La llegada al cráter Gale, cerca del ecuador del planeta vecino, es una compleja operación en varias fases que, en total, durará unos siete minutos. La nave entrará en la atmósfera a una velocidad de 5.900 metros por segundo.
La maniobra de ajuste de trayectoria realizada ayer es la cuarta de la MLS desde que partió de la Tierra en noviembre del año pasado. Las tres primeras eran para ponerse en rumbo correcto hacia el planeta rojo desde el punto donde se separó del cohete con el que despegó de la base espacial de cabo Cañaveral (en Florida, EE UU). Para evitar una posible contaminación en Marte, en el lanzamiento no se apuntó directamente al planeta rojo ya que alguna pieza del cohete podría haber seguido el rumbo tomado y haber acabado también en Marte. Por ello el Curiosity inició su viaje ligeramente desviado del rumbo y luego se ajustó la trayectoria de la nave. Hay que tener en cuenta que el cohete, diseñado para operar solo en la partida, no se somete a los intensos procesos de esterilización que son obligados para cualquier artefacto que vaya a visitar otro mundo.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/30/actualidad/1343663520_694773.html
Estamos llegando a Marte
“Atención, Tierra, estamos llegando a Marte”. En un relato de ciencia ficción este sería el mensaje que llegaría de la sonda espacial MSL si fuera tripulada, pero no va nadie a bordo. Y no es una novela. El pasajero de la MSL es el vehículo todoterreno Curiosity que, si todo marcha bien, descenderá en el suelo del planeta rojo el próximo 6 de agosto. Tras un viaje de 538 millones kilómetros desde que partió de la Tierra, en noviembre del año pasado, está ya muy cerca de su destino y se prepara para la operación más arriesgada de la misión: posarse en el terreno del cráter Gale del mundo vecino.
Si lo logra, si ningún percance altera los planes de la NASA, el Curiosity explorará el territorio circundante durante casi dos años. Su objetivo es intentar determinar si en el pasado pudo haber condiciones aptas para la vida allí. Ni el Gale es un lugar especialmente idóneo para buscar actividad bacteriana actual ni el robot, pertrechado con una decena de instrumentos científicos, está específicamente diseñado para ello, pero la misión es un paso clave para llegar a determinar, en el futuro, si algo vivió en Marte. Como en toda exploración, la sorpresa juega un papel protagonista y el Curiosity está a punto de iniciar su aventura en el planeta rojo. Una estación meteorológica del vehículo, hecha en España, es toda una novedad.
“Unas misiones anteriores han descubierto que Marte, en el pasado, tuvo entornos húmedos; el Curiosity nos permite dar el siguiente paso en la comprensión del potencial de Marte para la vida”, ha señalado Michael Meyer, científico del programa de Marte de la NASA.
La misión tiene un coste total de 2.500 millones de dólares (2.021 millones de euros) y está previsto que el Curiosity funcione en el planeta vecino al menos 687 días terrestres, es decir, algo más de un año marciano, de 669 días. Dado que los todoterreno anteriores en el planeta rojo (el Spirit y el Opportunity, que llegaron a Marte en enero de 2004) estaban planeados para durar tres meses y el segundo de ellos sigue funcionando, la vida útil del Curiosity puede ser mucho más larga de lo previsto.
El viaje interplanetario del Mars Science Laboratory (MSL), con el Curiosity dentro, se ha producido sin incidentes. Se han realizado las maniobras previstas (hoy mismo podría hacerse una más si fuera necesario para ajustar la trayectoria final) y ahora toca el difícil momento de la llegada. “Este aterrizaje es la operación más dura que la NASA ha intentado en la historia de la exploración planetaria con robots”, comentaba hace poco John Grunsfeld, de la dirección de ciencias planetarias de la agencia estadounidense.
La del Curiosity no es una misión aislada de exploración. Forma parte de la flotilla de diferentes naves robóticas que la NASA empezó a enviar periódicamente al planeta en los años noventa. El objetivo del programa a largo plazo (pospuesto una y otra vez con los vaivenes presupuestarios de la agencia) es traer a la Tierra en algún momento muestras recogidas en Marte para analizarlas aquí, en los mejores laboratorios, como se hizo hace más de 40 años con las rocas lunares. Se trata de conocer Marte a fondo, no solo por sana curiosidad científica sobre otro planeta, sino también por lo que puede ese conocimiento aportar al estudio del pasado de la Tierra, por comparación.
En cuanto a la búsqueda de vida en ese otro mundo, que no es el único propósito científico, ni mucho menos, sería un descubrimiento colosal. Pero también descartar que en Marte hubo alguna vez algo vivo sería un hallazgo trascendente, ya que ayudaría a explicar qué pasó en la Tierra para que hace algunos miles de millones de años algo empezara a vivir. Seguramente habrá que esperar.
Lo que el Curiosity tiene que hacer es evaluar si la zona del cráter Gale, de 154 kilómetros de diámetro, formado por un impacto hace unos 3.000 millones de años y con el monte Sharp en medio, pudo ser en el pasado un potencial entorno habitable.
“Si la vida existió en Marte es una pregunta abierta que esta misión, por sí misma, no está diseñada para responder”, explica la NASA. “El Curiosity no lleva experimentos para detectar procesos activos que significarían metabolismo biológico actualmente, ni tiene capacidad para captar imágenes de microorganismos o sus fósiles. Sin embargo, si esta misión descubre que ese lugar, el cráter Gale, ha tenido condiciones favorables para la vida, ese hallazgo puede permitir afinar futuras misiones que traigan muestras a la Tierra o para misiones avanzadas que hagan allí los experimentos de detección de vida”, continúan los especialistas de la agencia.
En el cráter Gale se han detectado arcillas que se formarían en un entorno húmedo hace millones de años. Y el Curiosity, como otras misiones anteriores, seguirá la pista del agua. Pero también seguirá la pista del carbono, buscando compuestos orgánicos. La NASA, seguramente consciente del furor popular que pueden generar las palabras vida y Marte cuando se ponen juntas, despliega prudencia al respecto. Puede haber moléculas orgánicas en Marte, explica, pero eso no significa que sean vida: se conocen infinidad de moléculas orgánicas que no lo son, aunque toda vida conocida está basada en el carbono, así que es una buena pista. El Curiosity buscará también otros elementos esenciales, como oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre.
Con casi 900 kilos (frente a los 170 de los dos rover anteriores), este nuevo vehículo todoterreno es una maravilla tecnológica. Se moverá, con un sistema de guiado asistido por cámaras y los ordenadores de a bordo, sobre seis ruedas de medio metro de diámetro. Tiene el tamaño de un coche utilitario, con tres metros de largo y 2,8 de ancho. Un brazo articulado de dos metros le permitirá acercar dispositivos de análisis a las rocas y las muestras de suelo. Además, un mástil se elevará 2,1 metros con una cámara en su extremo que captará imágenes a la altura del ojo humano.
Los diez instrumentos científicos (75 kilos en total) que lleva son un buen arsenal para hacer el trabajo de campo programado. Son espectrómetros, analizadores químicos, una microcámara, sensores de radiación del entorno, un dispositivo perforador para acceder a rocas bajo la superficie y varias decenas de cápsulas en las que el brazo articulado depositará muestras tomadas en el entorno para someterlas a procesos de calentamiento y gasificación y hacer diferentes estudios. La estación meteorológica ha sido diseñada y construida en España, en el Centro de Astrobiología del CSIC y el INTA. En conjunto, se trata de hacer una caracterización mineralógica y química de la zona para conocer su historia.
A diferencia de los rover anteriores, con paneles solares para suministrar energía, el Curiosity lleva un generador termoeléctrico de dióxido de plutonio (4,8 kilos) capaz de suministrar energía a todos los dispositivos durante 14 años como mínimo.
“El rover identificará minerales que proporcionarán el registro de temperaturas, presiones y la química de los minerales cuando se formaron o alteraron”, explican los expertos de la NASA. Una cámara incluso tomará imágenes durante el descenso del artefacto al suelo para poder conocer cuanto antes el entorno al que llegue.
Una de las pistas que los científicos quieren seguir en Marte es la del metano, que varios equipos científicos afirman haber detectado allí, pero las observaciones son aún controvertidas. Una vez más, las cosas son complicadas porque, si bien es verdad que el metano, que desaparece al cabo del tiempo si no se repone, se genera en la actividad metabólica de organismos, también se produce en procesos geológicos.
El Curiosity llegará el 6 de agosto al cráter Gale (casi en el ecuador marciano) a primera hora de la tarde allí; será el final del invierno y se encontrará una temperatura de unos 90 grados centígrados bajo cero. La Tierra estará en ese momento a 245 millones de kilómetros. Como se trata de una misión de larga duración, el robot lleva un programa relativamente relajado para los primeros días. Lo han realizado los científicos e ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (de Caltech, en California), responsables del diseño, desarrollo y operación de esta misión de la NASA, con participación de equipos científicos de otras instituciones estadounidenses, más la aportación española y un detector ruso.
El día de la llegada, si todo marcha sin contratiempos, el Curiosity desplegará sus equipos y hará un chequeo general de su estado y de sus sistemas de comunicaciones. Enviará imágenes a la Tierra cuanto antes. No está previsto que comience a rodar por Marte hasta una semana después del aterrizaje, pero si todo marcha bien, hay que contar con las sorpresas.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/28/actualidad/1343486179_259296.html
0 comentarios