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#CubaUnidadyCultura “La UNEAC es el Moncada de la cultura”

#CubaUnidadyCultura “La UNEAC es el Moncada de la cultura”

El VIII Congreso de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba comenzó a sesionar la manaña de este viernes 11 de abril, en el Palacio de Convenciones de La Habana, con la presencia de José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Miguel Díaz–Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y Primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Julián González Toledo, ministro de Cultura; Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Miguel Barnet, presidente de la Comisión Organizadora; y más de 300 delegados de todo el país, representantes de las asociaciones nacionales y los comités provinciales de la organización.

Al dar lectura a las palabras inaugurales de la primera sesión plenaria, Barnet —que minutos antes agradeció la participación de Graziella Pogolotti, Pablo Armando Fernández, y Roberto Fernández Retamar, intelectuales fundadores de la UNEAC— comenzó diciendo que los artistas y escritores han llegado al VIII Congreso “con confianza en nuestros principios y en la política cultural de la Revolución”.

Como un espacio excepcional en un planeta donde prevalecen el egoísmo y las guerras de rapiña, calificó a la UNEAC el presidente de la Comisión en el informe central.

“Que tengamos una organización como esta en un país acosado y bloqueado como el nuestro, es un privilegio. La UNEAC, no ha hecho otra cosa, desde su génesis, que servir a los ideales más nobles de la Revolución”, dijo.

“El destino de la cultura en nuestro país, ha sido, es y será siempre motivo central de preocupación de la UNEAC, con la certeza de que aquella es la expresión más alta de la política y, como expresó Fernando Ortiz, el alma de la nación”.

A sabiendas de que queda muchísimo trabajo por hacer, Barnet abogó porque los más de nueve mil miembros de la organización sean “cada día más reflexivos y consecuentes ante el necesario e impostergable proceso de cambios que se está produciendo en la vida económica y social de Cuba”.

“Nuestra membresía está en la obligación de aportar al mejoramiento de la vida espiritual y material con un diagnóstico justo y propuestas constructivas que tengan que ver con los problemas más acuciantes de la sociedad”.

El intelectual también hizo un recuento de los logros alcanzados desde el anterior Congreso a este e igualmente comentó las discusiones y el trabajo que tuvieron lugar previo a este VIII Congreso.

“Realizamos ocho Consejos Nacionales en los que se ha debatido sobre una vasta agenda de la realidad social y cultural. Las discusiones en las plenarias previas confirmaron la importancia de defender instituciones culturales que canalicen y apoyen la creación, pero también revelaron la urgencia de una renovación que contemple el adecuado redimensionamiento de sus estructuras y mecanismos, que las haga realmente flexibles, operativas y ajustadas tanto a los requerimientos promocionales de la obra de escritores y artistas, como a los nuevos escenarios económicos que se perfilan en la nación”.

Barnet insistió en ratificar “que resulta imprescindible perfeccionar la política de cuadros en el sector cultural, de modo que aquellos que toman las decisiones día a día se identifiquen con la naturaleza misma de la creación, establezcan una verdadera relación con los escritores y artistas y estén atentos a las necesidades espirituales de la población”.

Además señaló cuestiones referidas a la reestructuración de la organización y a la política a seguir. “Tendremos que dar preeminencia en nuestros foros y debates a los temas de la creación, al análisis de las tendencias estéticas contemporáneas y al reflejo de estas en nuestra labor cotidiana. No somos una agrupación gremial como muchos pueden pensar. Tampoco un organismo ejecutivo que dicte leyes o documentos normativos. Somos una organización que debe promover la cultura, y con ello contribuir a restañar el tejido espiritual de la nación.

“Es nuestro deber enfrentarnos, y así lo hemos hecho, a todas las formas de corrupción e indisciplina, al despilfarro y al desorden que contradicen la esencia de la UNEAC”.

Sobre el deterioro de los valores cívicos y éticos señalados por el Presidente Raúl Castro, el intelectual manifestó que “los escritores y artistas asumimos como una de nuestras razones de existir la necesidad de contribuir a la formación y promoción de valores éticos y cívicos. Aspiramos a que nuestro pueblo no sólo sea instruido, sino culto”.

“Considerables, aunque insuficientes todavía, han sido nuestros esfuerzos por hacer visibles e irradiar socialmente esos valores. No perderemos el derrotero que nos señaló Fidel cuando en los momentos más dramáticos del Período Especial dijo “la cultura es lo primero que hay que salvar”, lema que guía este Congreso”, agregó.

“La UNEAC es el Moncada de la Cultura. Asaltamos los cuarteles de la ignominia, de la estulticia, de la mediocridad, del lacerante coloniaje cultural. Tenemos que ser consecuentes con ello (…) Hemos estado unidos en lo esencial, es decir, en el apego a los valores más legítimos de la cultura y en la reafirmación de la identidad espiritual de nuestro pueblo”.

“La Unión de Escritores y Artistas de Cuba deberá ser consecuente con el ideario del Apóstol en la salvaguarda de lo más puro de nuestra cultura”, culminó.

Luego de la lectura del Informe Central, los delegados se reunieron para presentar la Candidatura al Consejo Nacional y a los Ejecutivos de las Asociaciones Nacionales./ Tomado de Granma

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