La insigne actriz cubana, Premio Nacional de la Radio, Marta Jiménez Orepesa, la inefable Rita del programa Alegrías de sobremesa, de Radio Progreso, falleció en la madrugada de hoy, a los 95 años, en La Habana.
Con una ejemplar trayectoria y con innumerables distinciones y reconocimientos ganados con su talento y carisma durante 65 años ininterrumpidos de intensa vida profesional, Marta es una de esas cubanas de pura cepa, quienes con solo mirarlos, nos iluminan la vida con su sonrisa, gracia y humanidad desbordadas.
Trabajadora ejemplar del Instituto Cubano de Radio y Televisión, Marta nació el 25 de noviembre de 1919 y por su profesionalidad y constancia se erigió en una reconocida actriz con alta maestría y capacidad artística, gran experta en el medio radial y muy querida por su pueblo, especialmente por su personaje de Rita, del longevo programa humorístico de Radio Progreso y su distintiva frase de: Qué gente, caballeros, qué gente.
No solo fue una actriz excepcional, sino que también incursionó en la dirección de programas dramatizados y como intérprete imprimió su personal sello a espacios variados como infantiles, novelas, aventuras y humorísticos.
Otras de sus admirables facetas fue su labor pedagógica durante más de 40 años impartiendo cursos de actuación, voz y dicción en la formación de nuevos valores artísticos en todo el territorio nacional.
A su haber cuentan lauros como los numerosos reconocimientos que le otorgaron los Festivales Nacionales de la Radio Cubana, concursos de la UNEAC, y los conferidos por el Ministerio de Cultura por su aporte profesional en el histórico programa Alegrías de Sobremesa, además del Premio de la Popularidad del programa de la Televisión Cubana Entre tú y yo.
Entre las Distinciones que ha recibido figuran: Premio Nacional de Radio, Premio Nacional del Humor, la condición de Artista de Mérito del ICRT, la Distinción Alejo Carpentier, Distinción por La Cultura Nacional, Distinción Raúl Gómez García, el Micrófono de la Radio Cubana, y el Sello de Laureado.
Poco a poco, con una mesura admirable Marta se labró su excepcional carrera en una larga vida, en la cual desde la humildad y la entrega absolutas se hizo admirar, respetar y querer por generaciones de cubanos.
Muchos guardarán su imagen en esas arcas especiales de la memoria individual como protagonista, junto al gran poeta e improvisador Joseito Fernández en el polémico programa Suceso de hoy, que narraba la crónica roja de una jornada, a los acordes de la inmortal Guantanamera y con la métrica de las décimas.
Otros la rememorarán como Juana, la inseparable acompañante de Tarzán, en aquellas aventuras radiales que compartía con otro gran actor, Enrique Santiesteban.
También dejó su huella imborrable en las transmisiones inaugurales de la televisión en Cuba, ya fuera en la propaganda comercial o en programas y papeles de las más diversas intenciones, para así demostrar sus indiscutibles facultades interpretativas, tanto para el drama como para la comedia.
El cadáver de la destacada actriz se encuentra expuesto en la funeraria de Calzada y K, y su sepelio se efectuará hoy a las cuatro de la tarde.
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