El espionaje israelí reverdece sus oscuros laureles
Los últimos meses han mostrado un recrudecimiento de la actividad de los servicios de inteligencia israelíes en varias naciones del mundo, particularmente en Rusia y otros países árabes. Como instrumento de la guerra sucia contra los grupos y estados progresistas en el Oriente Medio, particularmente contra Irán y el movimiento palestino, el Mossad se ha convertido en un órgano sumamente activo, cuya desesperación lo ha llevado a cometer serios errores operativos que han conducido al descubrimiento de su actividad secreta. Esta declinación de imagen no representa en sí misma una pérdida de su eficacia, sino más bien la permanencia de viejos vicios de impunidad, una falsa superioridad devenida en atributo funcional y su desesperación por evitar a toda costa el avance de quienes son considerados sus enemigos ideológicos.
Todo el tinglado operativo del espionaje y contraespionaje israelí, representados por el Mossad, el Yamam, el Tzahal y el Shabak, se encuentra en pleno apogeo en los últimos meses. Una de las ramas del Mossad, el Metsada, se ocupa de ejecutar la guerra sucia a nivel internacional, lo que incluye operaciones de asesinato, sabotajes y provocaciones. Todo ello está subordinado a un cuestionable rol: defender el hegemonismo israelí y las alianzas históricas con los servicios norteamericanos.
EL MOSSAD Y SUS ULTIMAS “HAZAÑAS”.
La detención en días pasados del agregado militar de Israel en Rusia, coronel Vadim Leiderman, por sospecha de espionaje, y su posterior expulsión, ha abierto la caja de Pandora en relación con agresiva actividad de los servicios de inteligencia israelíes en diversas partes del mundo. De origen ruso, Leiderman fue capturado el 12 de mayo por las fuerzas de contraespionaje rusas, con las manos en la masa, mientras contactaba con un uno de sus agentes en Moscú, un funcionario del Ministerio de defensa de Rusia. Todo ha quedado bajo el sospechoso manto de que se dedicaba a actividades de espionaje industrial, aunque su actividad de acechanza iba aún más lejos. La actividad de Leiderman como representante del Ministerio de Defensa de Israel en Rusia desde 2008 era monitoreada desde hacía algún tiempo. De origen ruso, con un doctorado en el Instituto Israelí de Tecnología (Technion), ubicado en Haifa, así como miembro de los servicios técnicos de la Fuerza aérea de Israel (IAF), siempre se mostró interesado en fortalecer sus vínculos con militares de ese país. Tal sospechoso desempeño y la posibilidad de ser detectado en sus actividades, fue uno de los elementos para que sus jefes planearan sustituirlo en el cargo por el doctor militar Kobi Haviv.
Lo sorprendente del hecho es que la detención de Leiderman tuvo lugar durante la visita a Rusia de una delegación del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento israelí (Knéset), encabezada por su presidente y ex ministro de Defensa, Shaul Mofaz, devenido en defensor de los asesinatos selectivos de líderes progresistas y palestinos y, a la vez, uno de los influyentes líderes del partido Kadima. Shaul Mofaz llevaba en su agenda para discutir con los rusos un único punto: disuadirlos de vender armamento a Siria. Mofaz, nacido en 1948 y de origen iraní, quien cuenta con un amplio prontuario como negociador y en asuntos de asesoría gubernamental, pues fue Ministro de Transporte de Israel, Vice primer Ministro, y Ministro de Defensa. Fue también el decimosexto Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa Israelíes; a la par que subordinado a cuatro Primeros Ministros de Israel, habiendo sido nombrado Jefe de Estado Mayor por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu (1996-1999); en 1998 trabajó bajo el Primer Ministro Ehud Barak (1999-2001), luego fue designado como Ministro de Defensa en 2002 por el Primer Ministro Ariel Sharón (2001-2006), y sirvió como Ministro de Transporte bajo el Primer Ministro Ehud Ólmert, ostenta el grado de Teniente General de las Fuerzas Armadas de Israel.
Tanto los Ministerios de Defensa como la IFA refutaron la acusación contra Leiderman por presunto espionaje y cubrieron sus espaldas al declarar que “las autoridades de seguridad en Israel completaron una minuciosa investigación y concluyeron que esas alegaciones eran infundadas”. Tel Aviv no descartó que los rusos trataran de presionar a Leiderman para convertirlo en un agente doble a sus servicios. Otra versión israelí es que la captura del diplomático obedecía a una represalia rusa porque Israel, bajo presiones de Estados Unidos, se negó a venderles aviones no tripulados de alta tecnología.
Lo cierto es que Leiderman fue interrogado, apenas arribó a Israel por la contrainteligencia sionista, conocida como el Shin Bet, siguiendo un mero procedimiento, “descartando” su culpabilidad en el asunto. La exculpación de Leiderman tiene lugar en momentos en que el propio Shin Bet pasa por un momento de cambios en su más alta jerarquía, luego de la sustitución de su director, Uzi Arad, a quien se le acusa de filtrar a la prensa cierta información confidencial sobre las conversaciones entre Netanyahu y el Presidente Medvedev sobre la venta de misiles a Siria. Arad fue expulsado de su cargo y recientemente sustituido por Yoram Cohen como nuevo jefe del Shin Bet o contrainteligencia israelí, dado su amplio historial dentro del órgano y su labor contra los países árabes, particularmente contra Irán. Vinculado estrechamente a Estados Unidos, Cohen pasó en el 2009 una pasantía como investigador en el Instituto Washington para Política del Cercano Oriente, en Washington D. C., dedicándose a la introducción y desarrollo de nuevas tecnologías para la realización de tareas de espionaje y contraespionaje.
El caso Leiderman no ha sido el único. Otro antecedente del espionaje israelí contra Rusia tuvo lugar en los años 90, cuando Reuven Dinel, adscrito a la nómina del Mossad y diplomático en Moscú, fue arrestado en el metro de de esa ciudad, tras realizar una compra de imágenes de satélite de una empresa que formaba parte de la inteligencia militar rusa. Este hecho ocurrió en diciembre de 1995, cuando miembros del FSB detuvieron a Dudnik Mayor, un oficial retirado del Centro ruso para el espacio de reconocimiento, en una estación de metro de Moscú. La investigación comprobó que Mayor no estaba actuando solo, sino formaba parte de una célula que había logrado infiltrar al Centro de Reconocimiento Espacial de la GRU, actualmente la principal Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General de Rusia. Diniel, quien fue expulsado de Rusia, alegó haber sido torturado en el interrogatorio.
La impunidad con la que trabajan los servicios especiales israelíes en Rusia y otras naciones ex soviéticas no solo se puso de manifiesto en las actividades de Lieberman y Dinel. El pasado 24 de marzo de 2011 tuvo lugar un hecho que puso en entredicho al Mossad cuando Abu Sisi, de origen árabe fue agredido en un tren que cubría la ruta Kharkov-Kiev, según lo relata la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA), y obligado a descender en Poltava y trasladado a Kiev, donde fue brutalmente interrogado por seis miembros del Mossad. Luego, con total impunidad, fue trasladado a Tel Aviv. Las autoridades ucranianas permanecieron al margen del secuestro y posterior detención de Abu Sisi. Actualmente, el Centro Palestino por los Derechos Humanos (CPDH) está luchando por su liberación, dado que el secuestrado padece de colelitiasis y padece de serios trastornos sicológicos.
Otro hecho que cuestionó la impunidad del Mossad en Rusia tuvo lugar el 19 de Noviembre de 2010, cuando el conocido mercenario y teniente coronel retirado del Ejército israelí, Yair Klein, reclamado por Colombia y condenado en ausencia por Bogotá en 2002 por su relaciones con grupos paramilitares, así como con el DAS colombiano, fue puesto en libertad, luego que fuera detenido en agosto de 2007, en el aeropuerto moscovita de Domodédovo, por la FSB y la Interpol. Luego de su liberación, avalada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, marchó a Israel.
LAS OTRAS COMPONENDAS DEL MOSSAD
El odio acérrimo de los dirigentes del Mossad contra los países árabes, el movimiento palestino y la República Islámica de Irán no tiene parangón. Las declaraciones realizadas hace apenas dos días por el ex jefe del Mossad, Meir Dagan, calificando de estupidez un ataque contra los iraníes por parte de la Fuerza Aérea de Israel, levantó un incontrolable revuelo entre los principales dirigentes del país sionista. Para Dagan, una incursión militar contra Irán despertaría también una respuesta siria contra Israel. Las críticas de Danny Yatom y Efraim Halevy, anteriores jefes del Mossad no se hicieron esperar.
Para nadie es un secreto que los últimos años los servicios israelíes han reverdecido sus actividades, conduciéndolos a algunos éxitos y a varias chapuzas que dejan en entredicho su efectividad y renombre como servicio de inteligencia.
Uno de los actuales sucesos que involucran al Mossad es el affaire que se sigue en Nueva York contra el ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. Acusado de acoso sexual contra una empleada del hotel en el que se hospedaba, no es la primera vez que cae en las trampas de la lascivia, pues ya una vez fue acusado de tener relaciones extramaritales con una economista húngara del FMI, Piroska Nagy, cuando fungía como titular del Banco Hipotecario. Todas las hipótesis apuntan a que el posible candidato presidencial por los socialistas franceses, ha sido colocado en una telaraña que pone en duda su imagen y que el mismo ha contribuido a ello. También han hecho mella en su caso algunas contradicciones con las altas esferas del poder político y financiero en Estados Unidos y Europa. La trampa, bien urdida, fue montada por el Mossad y QAT Internacional. La culpa de Strauss-Kahn fue la de pretender realizar cambios en el desempeño del FMI que afectarían a grupos de poder de la élite financiera internacional, tales como una nueva distribución de la riqueza, cambios en la política de gastos públicos, reutilización de los beneficios fiscales para la promoción del desarrollo industrial y otras. Sin embargo, tratando de ocultar su papel en la maniobra, luego de dimitir Dominique Strauss-Kahn como director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), los implicados en ella le contentaron con una pensión vitalicia de 80.000 dólares al año, cerca de 56.000 euros.
La trampa tendida a Dominique Strauss-Kahn hacen recordar un acontecimiento no muy lejano cuando, en el año 2002, se destapó la implicación del Mossad en Washington en operaciones de prostitución, de lavado de dinero y chantaje continuado, mediante una operación conjunta entre el FBI y la Europol, conocida como Operación Spiderweb, donde fueron implicados más de una veintena de ruso-israelíes, entre los que se destacaron el ciudadano israelí Mark Brener, propietario del Emperor’s Club VIP y de tres entidades de blanqueo de dinero (QAT Consulting Group, QAT Internacional y Protech Consulting). No quedó la menor de las dudas de que el Mossad estaba implicado en el manejo de una red de prostitutas empleadas en el comprometimiento de personalidades políticas y financieras. Esta misma estrategia la empleó el Mossad en el 2004 para comprometer al gobernador demócrata de Nueva Jersey, Jim McGreevey, es un escándalo de homosexualidad, empleando para ello a Golán Cipel, un homosexual agente del Mossad. La culpa de McGreevey fue enfrentase a la poderosa Wall Street desde su cargo.
Actuar de manera sistemática contra los países árabes, mediante el reclutamiento de agentes y la creación de redes de espionaje, es una de las principales tareas de los servicios de inteligencia israelíes. En los últimos meses ha sido descubierta esta actividad en varias naciones islámicas. El 10 de abril del presente año, según un despacho de Europa Press, el Líbano presentó una queja formal ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra el espionaje israelí en la zona sur libanesa, donde se descubrieron varios sistemas de vigilancia debidamente camuflados como rocas u otros objetos. Según esta denuncia realizada por el ministro de Relaciones Exteriores libanés, Ali al Shami, la actividad del Mossad se centró en cámaras ocultas en la zona sureña de Shamaa descubiertas en marzo de 2011, al igual que otros dispositivos similares detectados en diciembre pasado en Barouk y Sannine, al sureste de Beirut. Por si esto fuera poco, un tiempo antes, en mayo de 2009 fueron apresados dos agentes del Mossad en la localidad de Shebaa, nombrados Jalil Nabaa y Julud Nabaa. Ellos son una parte insignificante de las doce redes de espionaje, compuestas por más de cuarenta espías, detectadas en el Líbano. Una de sus misiones era penetrar en el sistema de comunicaciones egipcio y monitorear a la Embajada de Egipto en China.
Un caso similar ha ocurrido en Egipto, según declaró el coronel Sameh Seif Alyizel, del contraespionaje de ese país árabe. Desde diciembre de 2010 han sido desarticuladas cuatro redes de espionaje del Mossad y capturados varios de sus agentes. El último de estos casos salió a la luz el 15 de marzo de 2011 cuando fueron capturados varios israelíes y un ciudadano egipcio.
Argelia tampoco ha escapado de la actividad de espionaje del Mossad. El 29 de marzo de 2010 fue detenido en la ciudad de Hassi Messaoud, en el sureste argelino, un espía israelí con un pasaporte español a nombre de Alberto Vagilo, procedente de Barcelona y con la finalidad de penetrar al movimiento Hamás y recabar información sensible sobre la economía argelina. Para cumplir su cometido asumió la identidad falsa a nombre de Abu Ammar, natural de Al Quds. Lo interesante del caso es que el subdirector del FBI, John Pistole, visitó Argelia para negociar la liberación del espía del Mossad.
Otro importante golpe propinado al Mossad en sus actividades de espionaje fue el recibido por esta organización en la República Islámica de Irán a fines de enero de 2011, cuando fue desarticulada una importante red que actuaba en ese país y que tenía como misión asesinar a científicos iraníes, como fue el caso del asesinado científico nuclear Alí Mojamadi Massoud Ali-Mohammadi, y sabotear el programa nuclear de esa nación.
El Mossad israelí ha sido inculpado, bajo la venia de los ocupantes norteamericanos en Irak, según se dio a conocer en enero de 2011 en un reporte del Departamento de Estado de EE UU, del asesinato o desaparición de 350 científicos nucleares iraquíes y más de 200 profesores universitarios, en esa nación ocupada. La limpieza de científicos tuvo como origen la negación de los mismos para cooperar con diferentes programas a favor de Israel y los Estados Unidos. En estos asesinatos selectivos participaron operativos del Mossad acompañados por fuerzas especiales norteamericanas. EE UU aporta la información de inteligencia mientras los operativos del Mossad se encargan de la eliminación física de los científicos seleccionados.
Las oscuras páginas escritas por los servicios israelíes, de las cuales hemos excluido algunas hartamente conocidas como el asesinato de Mahmud al Mabhuh, dirigente de Hamás en un hotel de Dubai, ocurrida el 19 de enero de 2010, así como el sonado caso del virus Stuxnet, dirigido contra las instalaciones nucleares iraníes en el año 2010, demuestran la peligrosidad de este servicio y su irrespeto hacia los tratados internacionales al operar de forma descarada e impune en casi todo el mundo.
La ideología del Mossad y del Shabak es la de matar y hacer desaparecer, torturar e infundir miedo, a la par que chantajear y sobornar a sus objetivos. La merecida fama alcanzada en otros tiempos se desvanece como burbuja de jabón ante sus frecuentes chapuzas y ante sus crímenes horrendos e injustificados. Es, hoy por hoy, una estrella que ha perdido su brillo y esplendor, ante la suciedad de sus crímenes y la sangre de sus víctimas.
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