«Esta es, ante todo, la historia de un gran romance. Es la novela más romántica que cualquier otra que haya escrito», afirmó Gilberto Braga, al referirse a su creación Paraíso tropical, durante un taller realizado en la Central Globo de Producciones.
Y la aseveración no es para tomarla a la ligera, sobre todo si tenemos en cuenta que Braga posee una destacada trayectoria que incluye decenas de novelas, miniseries y centenares de historias amorosas. Lo demostró su primer gran éxito de 1976, La esclava Isaura, y lo reafirmó más tarde Vale todo (ambas muy recordadas y gustadas por el público cubano), esta última escrita junto a Aguinaldo Silva y Leonor Basseres, y que constituye un hito importante en el currículo de las telenovelas brasileñas.
Para que nadie ponga en tela de juicio que Gilberto Braga sabe de qué está hablando, llega justo Paraíso tropical, propuesta que podrá disfrutarse en la pequeña pantalla, en las noches de Cubavisión, al finalizar en agosto Avenida Brasil.
La producción, del año 2007, fue, según diversas fuentes consultadas, uno de los dramatizados más vistos en Brasil y Portugal, y hasta recibió una nominación al Premio Emmy Internacional a la Mejor Telenovela. El título lleva también la rúbrica de Ricardo Linhares, otro nombre conocido en nuestro país por obras como Piedra sobre piedra (Te odio mi amor) e Insensato corazón, donde comparte crédito también con Braga.
Lo que sucede
Tres ingredientes básicos se cocinan en esta producción: el romance a pulso, la lucha —siempre enconada— por el poder, y el reflejo de la vida desde la perspectiva de diferentes clases sociales. O sea, nada que no se haya sazonado antes con infinidad de sabores, con tal de que el espectador se siente a la mesa, o mejor dicho, frente al televisor.
La esencia de la trama es la siguiente: Antenor Cavalcanti, un poderoso empresario que perdió a su único hijo, ve en Daniel Bastos, el vástago de su casero, a su posible sucesor y heredero de su millonaria fortuna. Pero, donde existe mucho dinero hay también grandes problemas de codicia, por eso no faltan los «malos» que intentan, cueste lo que cueste, apoderarse de la riqueza. En medio de todo eso, Daniel se enamora de Paula Viana Grimaldi, cuya madre, madame Amelia, dirige un burdel. Sin embargo, el edén se torna infierno cuando aparecen Olavo Novaes, que desea el puesto de heredero de Antenor, y Bebel, una de las chicas del prostíbulo. Ellos son dos de los tres principales antagonistas. La otra es Taís Grimaldi, la malvada y oportunista hermana gemela de Paula, que no dudará ni un segundo para hacer de las suyas a lo largo de la trama.
Sí, estimado lector, usted tiene razón si asegura que algo de esto le suena conocido, pues esta obra guarda similitudes con otra que gozó del gusto de los espectadores del patio: Mujeres de arena, en la cual la lucha entre el bien y el mal quedó registrada en la memoria colectiva con la actuación de Gloria Pires, que daba vida a las gemelas Ruth y Raquel. Por cierto, a la reconocida actriz la podremos ver ahora en el rol de Lucía Vilela Cavalcanti, una mujer de fuerte personalidad.
Estrellas bajo el paraíso
La Pires está acompañada de un gran elenco, casi todos rostros que han sido admirados por nuestra teleaudiencia, comenzando por Fabio Assunção (Daniel), uno de los protagonistas y a quien hemos visto en Por amor, La fuerza del deseo, El rey del ganado y hasta paseando por las calles habaneras en el 2001. A su lado está Alessandra Negrini (Paula/Taís), cuyo desempeño no se halla entre los más familiares en Cuba, aunque algunos pudimos verla en Mi buen querer, que transmitió el Canal Habana.
Sobre la experiencia de dar vida a otro personaje creado por Gilberto Braga, Fabio ha declarado que después de más de una década trabajando con el escritor, se toma muy en serio esos roles porque «en un papel creado por él no se interpreta solo un personaje; tú recibes un espíritu, una energía».
Por su parte, Alessandra ha comentado en entrevistas que interpretar dos papeles constituyó un verdadero desafío, y asumió ese reto como una gran aventura consigo misma. También ha señalado que esa atracción que las gemelas ejercen en el público «proviene del juego mental de ver lo igual en lo diferente y lo diferente en lo igual».
Antenor Cavalcanti cobra vida gracias a Tony Ramos, a quien hemos apreciado en roles tan diversos como el Álvaro Peixoto de Felicidad, el Juca Mestieri de La próxima víctima o el Coronel Boanerges de Cabocla. Como dato curioso, en Paraíso tropical su personaje se ve involucrado con el de Gloria Pires, un binomio que demostró su excelente química en la película Si yo fuese tú, exhibida en nuestro país.
Pero es Camila Pitanga (Mujeres apasionadas, Insensato corazón) quien definitivamente se roba el show encarnando a Bebel, una mujer «arrebatada, fogosa y apimentada», como ella misma ha descrito su personaje. Su actuación le mereció, entre otros, los premios Qualidade de Brasil, Quem, Extra de Televisão y Mejores del Año, todos en la categoría de Mejor actriz.
Tony Ramos (Antenor) y Gloria Pires (Lucía) vuelven a mostrar su química.
Pitanga se une a Wagner Moura, quien asume a Olavo Novaes, para entre los dos hacer derroche de maldad. Moura ha trabajado tanto en televisión como en cine, pero indudablemente es en el séptimo arte donde lo podremos ubicar mejor, representando, por ejemplo, al Capitán Roberto Nascimento en las dos entregas de Tropa de Élite, filme que atrajo a los espectadores durante las diferentes ediciones del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en que fueron exhibidas.
Igualmente, integra el cartel de Paraíso tropical una actriz que casi no necesita presentación: Suzana Vieira (Por amor, La próxima víctima, La sucesora, Señora del destino). En su participación especial nos entrega a Amelia, la dueña del burdel y madre de Paula.
Otros nombres que se incluyen en el elenco son: Vera Holtz e Ísis Valverde, respectivamente la Mamá Lucinda y Suelen, de Avenida Brasil; también Marcello Anthony, el Viriato de Señora del destino. Todos ellos están bajo la dirección de Dennis de Carvalho, que mostró sus cartas credenciales entre nosotros con obras inolvidables al estilo de Vale todo y la serie Una mujer llamada Malú.
Historia adentro
En comentarios acerca de su experiencia en esta producción, los autores Gilberto Braga y Ricardo Linhares aseguraron que estamos en presencia de una telenovela tradicional con una clásica historia de amor, pero es, sobre todo, un reflejo del Brasil contemporáneo con sus bellezas y problemas —visto desde el barrio de Copacabana—, y donde se esgrime, con humor y cinismo, una crítica a la hipocresía.
Camila Pitanga (Bebel) y Wagner Moura (Olavo) se unen para hacer derroche de maldad.
En declaraciones ofrecidas por los escritores, a raíz del estreno de Paraíso tropical en Venezuela, precisaron que intentaron crear «un relato con una pizca de cada ingrediente: emoción, romance, melodrama, comedia, acción y misterio. Hemos buscado enriquecer cada capítulo con novedades, un ritmo ágil, bellos paisajes y canciones».
Y hablando de canciones, la banda sonora, como de costumbre, es de lujo. En ella sobresalen los temas Sábado en Copacabana, en la voz de Maria Bethânia; y Mira, cantado por Chico Buarque y Erasmo Carlos. Además figuran otros afamados intérpretes del gigante sudamericano como Elis Regina, Gal Costa, Caetano Veloso y Simone, entre otros.
Al decir de la crítica, esta entrega de TV Globo logró recuperar la audiencia intelectual y popular del horario de las 8:00 p.m. en aquel país, por su gran aceptación, a pesar de que en sus inicios contó con una audiencia muy baja. Tal vez porque al principio el turismo sexual se hallaba entre los temas principales de la novela, pero en poco tiempo fue desapareciendo de la historia, justo porque no agradaba a los telespectadores.
Los autores reconocieron como desaciertos la entrada tardía de Lucía, el personaje de Gloria Pires, con lo cual desaprovecharon en los comienzos a una imagen que capta el interés del público de inmediato. Lo mismo sucedió con la gemela mala. Según datos recogidos en encuestas realizadas por la cadena Globo, a partir del encuentro de las hermanas los televidentes empezaron a interesarse más por la trama y la audiencia volvió a ocupar altos niveles.
De cualquier manera, los autores aseguran que «en una telenovela no existe una fórmula, regla o receta». Más allá de los errores, la realidad es que mientras estuvo al aire, Paraíso tropical fue el programa más visto de la televisión brasileña. Veremos cómo funciona ahora en Cuba. El tiempo lo dirá./Lourdes M. Benítez Cereijo, tomado de Juventud Rebelde.
http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2014-07-26/un-eden-brasileno-en-la-pantalla/