Restaurar el Capitolio es revivir la memoria de los cubanos
El Capitolio es una obra de gran envergadura, colosal, dividida en segmentos de artes diversas, los bronces, los yesos, los dorados, las carpinterías y el trabajo de la cúpula que es muy complicado, explicó a Prensa Latina Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad.
Iniciada realmente a finales del año pasado, porque primero fue un proceso de entrega de las instituciones que radicaban aquí, se trata de la restauración más completa que ha tenido el edificio desde su inauguración en 1929.
Así lo confirmó Mariela Mulet, jefa del Grupo de Inversiones, en entrevista con esta agencia, tras recordar que en los años 80 se hizo una intervención bastante grande.
Por suerte el Capitolio, situado en una céntrica zona de La Habana, no está estructuralmente en malas condiciones y eso es algo muy beneficioso, pero en el tema de las instalaciones, sí tiene muchos problemas, afirmó.
De acuerdo con la especialista, en este momento se interviene en la cúpula -que por sus proporciones y silueta recuerda la Basílica de San Pedro, en Roma- en cuyos interiores ya se reparan las losas de entresuelo.
Sobre esta restauración, Leal reiteró que es la obra más completa por sus trabajos estructurales, de cantería en los nervios y del dorado en todas las planchas de cobre que la cubren.
Añadió que también están interviniendo en las zonas de los patios y jardines, en las esculturas y preparando todo lo que es el gran ajuar del Salón de los Pasos Perdidos, el conjunto de enseres, mobiliarios, cortinas, etc.
Se restaurará toda la piedra de Capellanía, que por su dureza y homogeneidad es utilizada en diversos trabajos decorativos en el mundo, pero es muy susceptible al clima cubano.
Este material, del cual se empleó 25 mil metros cúbicos para la construcción del edificio, es necesario limpiarlo porque está erosionado y precisa de numerosos productos, muchos de los cuales tenemos que importarlos, indicó Mulet.
Afirmó que prácticamente está terminada la renovación de las áreas ubicadas debajo de la escalinata monumental, de casi 36 metros de ancho y 28 de largo.
Se trata de los almacenes originales de la edificación, que recuperan ahora la función para la cual fueron diseñados.
Al finalizar los 55 escalones, "resguardan" al Capitolio dos estatuas de bronce con pedestal de granito, en proceso de restauración. Son obras del italiano Angelo Zanelli, también autor del friso del Altar de la Patria, que forma parte del monumento en Roma a Víctor Manuel II, primer rey de Italia.
Ambos grupos escultóricos, uno masculino y otro femenino, fundidos por la Fonderia Lagan de Nápoles, en Italia, tienen una altura de más de seis metros cada uno y representan el progreso de la actividad humana y la virtud tutelar del pueblo, respectivamente.
Zanelli es además el escultor de la Estatua de la República de bronce laminado en oro, que con 17 metros de altura, incluyendo su base de mármol ónix antiguo egipcio, es la tercera del mundo más alta bajo techo, solo superada por el Buda de Oro de Nava, en Japón, y el Memorial Lincoln, en Washington.
En las zonas exteriores, entre las céntricas calles del Paseo del Prado, Dragones, Industria y San José, también se repara y cambia todo el pavimento de granito, dañado en un ochenta por ciento.
Igual sucederá con las instalaciones eléctricas, las farolas. El proyecto de iluminación habrá que hacerlo completamente nuevo, informó la jefa del Grupo de Inversiones.
En cuanto al interior del edificio, estamos comprando equipos de ultrasonido para evaluar cómo están los sistemas, los que existen, porque hay muchos que no están, o nunca los tuvo y ahora habrá que incorporárselos, apuntó.
Se refirió a los de detecciones de incendios, de intrusos, todo el circuito cerrado.
A la vez, se trabaja en la carpintería, mucha de la cual no existía y se está rehaciendo, y hay otra que se está restaurando.
Intervenimos además, en la reparación de todos los elementos de bronce como las lámparas -sostuvo Mulet- algunas hechas en la Saunier Duval Frisquet, de París, otras de este metal laminado con oro viejo y cristales dorados con oro al mercurio en la Societé Anonime Bague.
Agregó el trabajo en las puertas, como las de la entrada con recuadros que recogen la historia de Cuba y los herrajes, encargados a The Yale & Towne Mfg. Co. de Standford, en Estados Unidos, la cual confeccionó las cerraduras de estilo renacimiento italiano de la planta principal del Capitolio.
La mayoría de estos elementos de bronce se reproducen, gracias al trabajo de cuentapropistas que colaboran con la Oficina del Historiador, encargada de llevar a cabo esta obra.
El edificio cuenta con 11 ascensores, cuyas puertas de este metal resultan entre lo más sobresaliente, de los cuales cinco se restauraron y se sustituyeron otros cinco, en tanto uno está pendiente de instalar.
Marilyn Mederos, proyectista general de la obra, indicó a Prensa Latina que se están quitando los elementos añadidos que nunca tuvo el Capitolio para llevarlo a su estado original, pero con nuevas funciones, actualizando los sistemas de seguridad, contra incendios y la climatización.
Explicó que cuando fue sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y de la Academia de Ciencias, con otro tipo de funcionamiento, el edificio sufrió modificaciones.
Al respecto, el Historiador de la Ciudad señaló que algunas áreas durante años nunca se transformaron.
Las que desafortunadamente se cambiaron son otra complejidad. Generalmente no se tocan estos grandes edificios históricos para bien cuando no están dedicados a una función monumental o a un respeto de sus funciones para las cuales fueron diseñados, manifestó.
Más de 80 años de historia y diversas funciones
En el terreno ocupado por el Capitolio, segundo punto más elevado de la ciudad y cuya cúpula fue la quinta más alta del mundo, existía una ciénaga, que luego se transformó en el primer jardín botánico que tuvo la capital.
Con la participación de ocho mil hombres, españoles en su gran mayoría, cubanos y de otras nacionalidades, la obra se construyó en tiempo récord. Inició en 1926 y, a pesar de su inauguración tres años más tarde, el edificio no fue terminado hasta 1931.
Tras su apertura, bajo el gobierno del dictador Gerardo Machado, se convirtió en la sede del Senado y la Cámara de Representantes, luego pasó a ser museo y después acogió al Citma.
Previo al triunfo de la Revolución cubana, en enero de 1959, el Capitolio registró una de las historias más misteriosas conocidas en el país, que según investigadores alcanzó en su momento notoriedad a nivel mundial.
Se trata del robo del brillante de 25 quilates que marca el kilómetro cero de las carreteras del país, en marzo de 1946.
Cuenta el periodista Ciro Bianchi que a pesar de la alta seguridad que tenía la piedra preciosa -escogida para engalanar la segunda corona del Zar Nicolás II- solo treinta minutos bastaron a los ladrones para sustraerla.
En su búsqueda participaron en vano cinco mil policías, dos mil agentes secretos y los técnicos del afamado Gabinete Nacional de Identificación, quienes no encontraron pista alguna para rescatar la joya y capturar a los ladrones.
Quince meses después, reaparecería en el despacho oficial del presidente de la nación por esa época, Ramón Grau San Martín.
Cuando el robo del brillante parecía que pasaba a la categoría de los crímenes perfectos, el mandatario informó de la devolución anónima de la pieza perdida.
Entre las tantas historias, en un intento de revelar al ladrón, figura la relacionada al millonario ministro de Educación y protegido de Grau, José Manuel Alemán, quien se dice fue el que puso la joya en poder del presidente, luego de pagar cinco mil pesos por su devolución.
Según Bianchi, lo confirmó el propio Grau al declarar: "No me importa lo que digan sobre la aparición del brillante. Lo cierto es que apareció. Lo demás es lo de menos. Alemán me consultó antes de traerlo. Yo le dije que sí y que eso era buena publicidad".
Otras teorías, divulgadas por periódicos de la época, culpaban al comandante en la Policía Nacional, Pablo Suárez, casado con Tatita Grau, una de las sobrinas del mandatario.
Sustituido más tarde por una réplica, rodeada de una estrella octogonal diseñada y elaborada con mármoles italianos en diversas tonalidades, el brillante se encuentra en la bóveda del Banco Nacional de Cuba.
Hay otra cosa interesantísima y es que debajo de la cúpula y al pie de la gran Escultura de la República está un recinto que fue creado para honrar al mambí desconocido, expresó Leal.
Esa zona la hemos descubierto y estamos trabajando para que el fundamento del Capitolio sea precisamente la vocación de la nación por su libertad, agregó.
Retorna Parlamento cubano a su antigua sede
Declarado patrimonio nacional, el Capitolio se adecua perfectamente porque fue diseñado para una función bicameral, de una parte estaba el Senado y de otra la Cámara de Representantes, afirmó el Historiador de la Ciudad.
Precisó que la Cámara da el espacio perfecto para la Asamblea Nacional, solo con la modernización de todos los sistemas que hoy conlleva el ejercicio parlamentario, incluyendo una sala de prensa, diseñada originalmente.
Es una cosa increíble -explicó- cuando hemos retirado las construcciones foráneas que se hicieron allí y otro tipo de obras posteriores, ha aparecido en toda su magnitud, el espacio de la prensa, relacionado con el acceso de los taquígrafos de la época a la sala de sesiones.
Puntualizó que se trabaja además, en la sección de lo que va a ser la sede del Parlamento propiamente, es decir, su vida cotidiana, situada al norte del inmueble.
Nosotros priorizamos esa área para que comience a funcionar cuanto antes la Asamblea, la cual ocupará toda la edificación, y entonces poder continuar con la reparación del resto y terminar en el menor tiempo posible, indicó Mulet.
A pesar de sus funciones gubernamentales, el Capitolio seguirá abriendo sus puertas al público en determinados espacios como el Salón de los Pasos Perdidos y la biblioteca, inspirada en la del Vaticano, con paredes en maderas preciosas todas trabajadas con la técnica del machihembrado.
Se trata de un proyecto del país, no solo de la Oficina del Historiador, de la misma manera que el financiamiento proviene del Estado, también están interviniendo otros organismos, aseguró la jefa del Grupo de Inversiones.
El Capitolio, uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad y de los más grandes atractivos turísticos nacionales, volverá a su estado original y como expresa Eusebio Leal, esta es la restauración de una memoria.
TOMADO DE CUBASI
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